miércoles, 13 de junio de 2018

ESTA NOCHE sábado 9 junio 2018



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MEDIA COLUMNA
El Mago


Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
jorgemorelli.blogspot.com


Donald Trump ha hecho al fin el mayor acto de magia de su carrera. En el G7 de Canadá se sacó del sombrero un conejo asombroso.

Luego de meses de confrontaciones con China, con Europa y hasta con sus vecinos de Norteamerica por su férrea decisión de aplicarles aranceles, lo que le ha ganado la etiqueta de defensor del proteccionismo y puesto al mundo al borde de la mayor guerra comercial de l h istoria, Trump ha sorprendido a todos al proponer eliminar todo tipo de aranceles entre los miembros del G7.

Es de imaginar las caras de estupefacción que esto debe haber producido entre los presentes en la Cumbre del G7. Para íntimo regocijo del Mago, se han quedado todos con la boca abierta. 

Antes de eso, además, el mago ya se había sacado otro conejo de la chistera. No bien llegó a Canadá propuso también que Rusia regrese al G7. Los miembros del G7, por el tamaño de su PBI, son EEUU, Japón, Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia y Canadá. Como puede verse, China no es miembro del G7, a pesar de ser la segunda economía del mundo. Y Trump no ha propuesto invitarla.   

Lo verdaderamente extraordinario de la propuesta de Trump es que tiene otra cara. No sólo propone elminar todos los aranceles, sino eliminar igualmente todos los subsidios estatales a las actividades productivas. China subsidia su producción de muchas maneras escondidas. Tal vez Trump se propone aislarla, y que la presión de las mayores economías del mundo consiga que China renuncie voluntariamente a esos subsidios.

Son conocidos también los masivos subsidios agrícolas de EEUU al trigo, de Europa a la leche y de Japón al arroz, que han distorsionado por décadas el mercado mundial de alimentos solo para sostener contra viento y marea un modo de vida rural ya desaparecido y, con ello, un electorado cautivo con que prevalecer en la arena política mediante un clientelisimo disfrazado de política pública. 

Lo que Trump está proponiendo, entonces, es nada menos que una revolución, que pasa por un cambio del paradigma vigente desde la Segunda Guerra Mundial y que involucraría la renuncia de las mayores economías del planeta a sus respectivas políticas de seguridad alimentaria, una de las peores herencias del siglo XX.

Y no se trata solo de subsidios agrícolas. Incluye todos los subsidios, también a la industria y en general a toda forma disfrazada de abaratar las exportaciones artificialmente.

Un importante think tank berlinés, horas antes del comienzo de la Cumbre del G7, hizo pública la misma propuesta: eliminar los subsidios en todas las economías industrializadas. Y junto con eso propuso también la otra mitad de la misma moneda: la apertura de mercados en las economías emergentes.
  
Si ambas cosas fueran posibles, otra sería la economía global. Los intereses masivos en torno a los subsidios no serán fáciles de vencer. Pero, como dice el maestro zen, ya veremos. Nada es imposible cuando hay decisión política. Y ahora la libertad económica tiene de su lado al más insólto de todo los aliados: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alias El Mago.
 


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