Mostrando entradas con la etiqueta "Cuando llegue el resto de la verdad". El acuerdo con Odebrecht es un contrato. Supone una contraprestación que necesita ser quivalente a lo que el Perú concede.. Mostrar todas las entradas
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lunes, 25 de marzo de 2019

ESTA NOCHE domingo 24 marzo 2019



ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.


MEDIA COLUMNA
Cuando llegue el
resto de la verdad


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com


Es necesario esperar a que llegue de Brasil toda la información ofrecida para saber cuánto vale en realidad. Tiene que ser información nueva, porque esa es la razón de ser del acuerdo. Sin ella, el acuerdo no tiene sentido.

Se desprende de esto, entonces, que el Perú debe firmar ese famoso acuerdo sí o sí. Es una decisión política. Pero basada en el entendido de que hay una verdad que le es indispensable conocer al país, cuyo mérito justifica plenamente la decisión política. 

El acuerdo es, entonces, virtualmente un contrato. Supone una contraprestación.

Esa contraprestación tiene que estar a la altura de lo que el Perú concede, debe tener la relevancia necesaria no solo en la balanza del poder Judicial, que es lo que se discute ahora como si fuera la última palabra, sino sobre todo de su juez último: los peruanos.

Porque lo que se concede no es poco: que la empresa brasileña pueda seguir operando en el Perú.

Eso es lo principal y es cualitativo. No hay grados en esa decisión: es o no es. Hay, además, consideraciones cuantitativas menos relevantes, como la reparación civil, por ejemplo, relativamente pequeña. Pero el contrato no es sobre más o menos dinero. Es sobre una cuestión de principio: la empresa puede seguir operando en el Perú porque revela el resto de la verdad.

Por eso las opiniones que la prensa ventila con aspaviento, sobre si firmar o no, o sobre si se presiona al poder Judicial, están de más. Solo firmando sabremos el resto de la verdad y si es la contraprestación que el contrato supone.

Si no lo fuera, si hubiera un virtual incumplimiento de contrato, estaríamos ante una estafa. El Perú, entonces, como Estado soberano podría eventualmente denunciar el acuerdo y proceder como crea conveniente respecto de la continuidad de la operación de la empresa en el país.

Las discusiones actuales son en su mayor parte política menor, irrelevante o innecesaria. Sabremos a qué atenernos solo cuando conozcamos el resto de la verdad.



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