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miércoles, 5 de enero de 2022

MEDIA COLUMNA miércoles 5 enero 2022 "Disipar la desconfianza"

 


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MEDIA COLUMNA

Disipar la desconfianza

 

 

Jorge Morelli

jorgemorelli.blogspot.com

@jorgemorelli1

 

 

 

 

El jaloneo reciente entre las vertientes encontradas de la izquierda en el gobierno -el cerronismo y la caviarada- se está convirtiendo en un espectáculo grotesco.

 

No obstante, tiene la virtud de invisibilizar o disimular que hace ya un buen tiempo que nadie en el oficialismo cerronista ha vuelto a pronunciarse sobre la constituyente. Ni siquiera el sector ultra de la bancada del partido de gobierno menciona ya el tema. El silencio es elocuente.

 

¿Es posible asumir que el partido de gobierno finalmente haya aceptado, aunque sea a regañadientes, abandonar la torpe idea de convocar esa asamblea inútil? El error político crucial de este gobierno es no distanciarse hasta la fecha, de manera pública y definitiva, de esa malhadada iniciativa que ha ocasionado el frenazo de la inversión privada en el país.

 

Debió hacerlo hace mucho. El país se habría estabilizado en los carriles conocidos de la Constitución y su modelo económico. Se habría evitado la salida de miles de millones de dólares del país, el gasto de miles de millones también en impedir el alza del dólar, se habría evitado ya el desplome de la inversión previsto para el año que comienza, se habría impedido el desfallecimiento del impulso del país al crecimiento.  

 

Pero no es tarde si el silencio del secretario general del partido de gobierno respecto de la constituyente significa que ha llegado a términos con los caviares para entrar al gabinete. Sería un acto de madurez política de su parte.

 

No se encuentra el Perú en un clima prerevolucionario como el que Cerrón tenía en mente cuando llegó. La revolución que el país necesita y reclama no es la de Lenin y los bolcheviques rusos de 1917, no la de los cubanos de Fidel de 1959. Es una revolución burguesa en el mejor sentido de la palabra. Una que consolide la propiedad, que no la ponga en entredicho ni en peligro.

 

Si el modelo económico que trajo 30 años de prosperidad al Perú necesita ajustes, es hora de debatirlos en los medios y en el Congreso de manera fuerte y clara. Pero no en medio de una gritería llena de amenazas.

 

Lo que hace falta es disipar la desconfianza que hoy hace imposible el diálogo. No se puede hablar con quien habla insinceramente y disimula mal que esconde la intención de sorprender más adelante con hechos consumados. Esto es lo que subleva a los peruanos. Nadie se engaña, a nadie se puede engañar ya, porque todos estamos de regreso de la decepción y el desengaño. 

 

Bastaría que el gobierno reconozca con valentía que se equivocó al creer que necesitaba una constituyente. Eso por sí solo corregiría el rumbo del país.

 


             

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