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sábado, 23 de diciembre de 2017

ESTA NOCHE sábado 23 diciembre 2017


ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.

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MEDIA COLUMNA
El tiempo de los halcones ha terminado


Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
jorgemorelli.blogspot.com


Los opinólogos han reparado sagazmente en que el jueves se dividió la bancada de Fuerza Popular al votar diez de sus miembros con Kenji Fujimori contra la vacancia. Y pronostican, por eso, aciagos días para el fujimorismo.

Acto seguido, reiteran mecánicamente, por enésima vez, que la crisis política no se ha resuelto y continúa asolando el territorio. Son casandras de mal humor.

Lo que pasa es que aun no han caído en cuenta de la verdadera magnitud de lo ocurrido.

La vacancia había que pararla para evitarle al Perú males económicos y políticos incalculables. Eso está hecho y la crisis quedó atrás. Es lo de menos.   

Lo que no han descubierto todavía es que no sólo se ha resuelto la crisis política puntual, sino que por fin se ha desatado el nudo que aprisionaba al Perú desde el primer día de este quinquenio.

Al quebrarse la mayoría absoluta, el partido principal de la oposición, Fuerza Popular, ya no puede por sí solo censurar ministros, ni tramitar insistencias en proyectos de ley observados por el poder Ejecutivo, ni aprobar o modificar leyes orgánicas. En adelante, para hacer eso tiene que buscar un consenso con otros grupos.

La noticia es, entonces, que el gobierno dividido –con el Legislativo en manos de unos y el Ejecutivo en manos de otros- no va más, ha cesado de existir.  

Son muy buenas noticias. Significa que el tiempo de los halcones ha acabado en ambas orillas, y que en adelante prevalecerán los moderados que con buenas maneras tendrán que negociar y persuadir.

El puente ya está construido. La política en serio recién empieza.



REPORTE DE NOTICIAS en Internet

Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican
sólo como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.



GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA



El Comercio
La lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, felicitó a los 61 congresistas de su partido que votaron a favor de la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski.
A través de Twitter, destacó que los 61 congresistas de Fuerza Popular que respaldaron la vacancia "se mantuvieron firmes en la lucha contra la corrupción".
"Somos Fuerza Popular y Fuerza Popular no se vende ni negocia, ¡porque para nosotros primero es el Perú!", dice su mensaje.
Diez integrantes de la bancada de Fuerza Popular, incluido Kenji Fujimori, se abstuvieron de votar por la vacancia de la Presidencia.
Según el vocero Héctor Becerril, "los nueve congresistas liderados por Kenji Fujimori no solo han traicionado a la bancada de Fuerza Popular, han traicionado al país". Sostuvo que su decisión se debió una negociación política con el Gobierno a cambio del indulto del ex presidente Alberto Fujimori.



Canal N
Antes de la votación, Kenji Fujimori, quien se encuentra suspendido de su bancada por 120 días, afirmó a través de un video publicado en sus redes sociales que no apoyaría la vacancia de la Presidencia de la República.
“Debemos asumir la responsabilidad de encaminar el fortalecimiento de la gobernabilidad. Me pregunto si la declaración de la vacancia contribuirá a este propósito (…) Optaremos por no apoyar la vacancia votando en abstención”, dijo.
Añadió que la vacancia “proyectaría un período de turbulencia política con efectos negativos para el desarrollo económico, en perjuicio de la población”.



El Comercio
Quiénes son los 10 legisladores de Fuerza Popular que votaron en ámbar tras el debate de la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski?
Kenji Fujimori (Lima)
El congresista más votado por segunda elección consecutiva llegó al debate de la vacancia con restricciones por parte de su bancada. Pidió ser incluido en la lista de oradores pero se lo negaron debido a que está vigente la sanción de 120 días en su contra (la segunda en lo que va de este año). Ante la negativa de su bancada, Kenji difundió un video con el mensaje: “Optamos por no apoyar la vacancia votando en abstención”. Nadie en ese momento imaginó que el plural incluía a nueve de sus colegas de bancada. Diez votos que evitaron la vacancia presidencial.
Guillermo Bocángel (Huánuco)
Después de Kenji, es el congresista que más visita al ex presidente Alberto Fujimori en el penal de Barbadillo. Según reveló este Diario, entre julio del 2016 y junio del 2017, Bocángel estuvo en la Diroes hasta en 34 oportunidades, una visita más que las que hizo Keiko Fujimori en ese mismo tiempo.
Estelita Bustos (Callao)
Es una de los tres representantes que tiene Fuerza Popular en el primer puerto. Estuvo inscrita en el movimiento regional Por Ti Callao, por el cual postuló –sin éxito– como regidora provincial en 2014.
Sonia Echevarría (Junín)
Inicialmente fue excluida de las elecciones por el Jurado Electoral Especial de Huancayo por entrega de dádivas, pero una resolución del Jurado Nacional de Elecciones ordenó su reincorporación. Firmó la carta de respaldo a Kenji cuando enfrentó su primera sanción.
Clayton Galván (Pasco)
También visita al ex presidente Alberto Fujimori en la Diroes. En el cónclave fujimorista de julio, Galván estuvo en el grupo que se tomó fotos con Kenji Fujimori, quien por entonces ya comenzaba a tener enfrentamientos públicos con la cúpula allegada a su hermana Keiko. También firmó la carta en respaldo durante el primer proceso disciplinario.
Maritza García (Piura)
Su presencia en el debate de la vacancia estuvo en duda debido a que se encontraba en una clínica. Sin embargo, la especulación se acabó cuando llegó al Congreso a las 7 p.m. No firmó la carta de respaldo a Kenji en julio pasado, cuando lo sancionaron.
Marita Herrera (Amazonas)
Figura entre las firmantes de la carta de respaldo a Kenji en julio. Pese a su licencia, según fuentes de la bancada, la obligaron a asistir a la sesión de la vacancia.
Marvin Palma (Lambayeque)
Es el legislador más joven del Parlamento y también uno de los más allegados a Kenji Fujimoris. Su rúbrica aparece junto a otras 22 en la carta de respaldo al menor de los Fujimori en julio.
Bienvenido Ramírez (Tumbes)
En abril del 2016, dijo que Alberto Fujimori era un preso político y minimizó el rol de Keiko. “En los asentamientos humanos, en el interior del país, la gente pobre votó por la figura de su padre, por [Alberto] Fujimori”, afirmó.
Lizbeth Robles (Lima Provincias)
Desde la campaña electoral del 2016 está enfrentada con su colega de bancada y de región Elard Melgar, allegado a Keiko Fujimori y miembro del CEN de Fuerza Popular.



El Comercio
Este jueves, Maritza García formó parte del grupo de 10 legisladores ─liderados por Kenji Fujimori─ que decidieron abstenerse de votar para la vacancia por incapacidad moral del jefe del Estado, lo que contribuyó a que la iniciativa no consiguiera los 87 votos necesarios.
“Se ha quebrantado el acuerdo político de bancada por un voto de conciencia”, afirmó MaritzaGarcía en Canal N.
Según contó García habló con el recluido ex mandatario Alberto Fujimori. “Yo recibí una llamada del ex presidente de la República y nos pedía únicamente que emitamos un voto de conciencia. Solamente un voto de conciencia, él no ha inducido a ningún parlamentario para que vote por tal o cual, solamente dijo ‘los llamo a la reflexión, emitan un voto de conciencia’”, acotó.



El Comercio
El congresista de Fuerza Popular, Clayton Galván, quien fue uno de los 10 legisladores que votaron en abstención ante el pedido de vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK), indicó que en su momento explicará al interior de su bancada la razón de su voto y descartó que vaya a presentar su renuncia.
“Cada uno toma su propia decisión… Yo también me quedé un poco sorprendido porque parecía que solamente había dos o tres personas que estaban en esa decisión [de no apoyar la vacancia]”, narró Galván.



El Comercio
El presidente del Congreso, Luis Galarreta, consideró que sería “penoso” que la votación de anoche con la que se rechazó la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) se haya dado como parte de un negociado para la libertad del encarcelado ex mandatario Alberto Fujimori.
“Creo que el presidente Fujimori no merecía ser canjeado por blindajes. Pero tal vez ellos tendrían que responder si ha sido así”, señaló el legislador fujimorista en conferencia de prensa desde el Parlamento esta tarde.



El Comercio
El enemigo secreto
Carlos Meléndez
Fuerza Popular (FP) se abrió demasiados frentes a la vez. Agudizó su oposición al Ejecutivo, lleva una larga pugna con la fiscalía y ha recomendado la destitución de un magistrado del Tribunal Constitucional. Para sus críticos, esta colección de enfrentamientos evidencia la gesta de un “golpe institucional” contra el régimen democrático. En cambio, para el partido naranja se trata de una lucha principista en la que se enfrentan a sus más poderosos rivales. Mientras los primeros (el antifujimorismo) logran proyectar con éxito su interpretación de las intenciones fujimoristas –su “ADN autoritario”–, el partido que lidera Keiko Fujimori es incapaz de visibilizar con precisión quiénes personifican su encono (¿los caviares? ¿los tecnócratas? ¿el establishment?) y mucho menos transmitirlo a la opinión pública (sus “principios” son casi enigmáticos). Sin un enemigo público, cualquier épica política se degrada a antojadiza. Así se percibe a FP, ensimismado en una lucha multinivel con sus fantasmas, llevándose en el trámite a la frágil institucionalidad. El derroche de energía es tal que se obvia al enemigo más cruel, al secreto, a aquel que duerme en el mismo lecho. Ha quedado demostrado, si había dudas, que Alberto Fujimori es quien más daño puede hacer al liderazgo de su hija.
El antifujimorismo no es un partido político, pero no importa. El futuro será un conglomerado de “antis” que difícilmente coalicionarán más allá de coyunturas puntuales (como en Italia). El antifujimorismo es un poder fáctico compuesto por “líderes de opinión”, académicos, activistas, políticos con y sin partido que movilizan sus recursos para enfrentarse a FP. Emplean la protesta, sobre todo, como artificio simbólico y tienen masa crítica, especialmente en sectores medios y altos educados. En los últimos años, el pararrayos de su ojeriza ha migrado de Alberto a Keiko, debido al importante caudal electoral acumulado por esta última. Por más esfuerzos que haga, Keiko Fujimori parece no poder desembarazarse del desprestigio autoritario que la persigue y que –equivocadamente– reproduce.
FP nunca antes había tenido tanta responsabilidad en sus manos y ha fallado en el encargo hasta ahora. Insisto: son un equipo profesional de campaña, pero aprendices como garantes de gobernabilidad. Su cruzada contra “la corrupción” no convence, siquiera al punto de otorgarle el beneficio de la duda. Sus dinámicas política y social lo convierten en un partido cerrado, asfixiado, acrítico. Hasta ahora, poco ha rentado en términos políticos, considerando la guerra de clases sociales que sostiene con sus antis. La búsqueda de la legitimidad popular no es suficiente si se quiere apelar a un país entero. La poca destreza demostrada en momentos críticos (por ejemplo, el destape de Lava Jato) lo ha conducido a perder su mayor capital, que hasta antes de la votación de la vacancia presidencial era la cohesión de su bancada. Hoy, la más tenue de sus preocupaciones –una facción díscola al liderazgo de Keiko Fujimori– amenaza a su estabilidad. El venidero almanaque electoral le tira un salvavidas. Es una buena oportunidad para la reconciliación interna o la depuración, y sobre todo para tentar una nueva estrategia hacia las clases medias y urbes modernas.



La República
Hacia una nueva inestabilidad
Mirko Lauer
El fracaso de la vacancia no puede ser visto como un retorno a la normalidad. Más bien inaugura una segunda etapa de inestabilidad, al potenciar los problemas internos en todos los grupos. Por el camino de esta crisis Pedro Pablo Kuczynski finalmente descubrió la inoperancia política de su equipo de gobierno, y esa urgente recomposición le va a costar.
Keiko Fujimori y su cúpula perdieron el control del Congreso. No por el fracaso de la vacancia, sino por el golpe de mano del congresista Kenji Fujimori, quien así cumple su objetivo de liberar pronto a Alberto Fujimori. Con lo cual casi seguramente empezará una fase más intensa en la lucha por el control de Fuerza Popular.
El peligro de ser vacado, y la movilización por impedirlo, han resultado el escenario óptimo para el polémico indulto. Nunca sabremos si PPK lo ha venido postergando por temor al sentimiento antifujimorista, o como un arma de reserva para un momento como este. En cualquier caso, para muchos el indulto ha pasado de ser innecesario y hasta traidor, a ser explicable, y en esa medida quizás hasta justificable.
La mayor lección política de la coyuntura para PPK es que la presidencia sí necesita aliados fuera del Ejecutivo. Por lo pronto les debe la permanencia en el cargo a 52 votos, de variadas posiciones, que no lo quisieron vacar. El cambio de la correlación de fuerzas en el Congreso es real, no un vuelco copernicano, pero igual exigirá una nueva política del Ejecutivo.
Otra novedad de estas jornadas de diciembre es que han catapultado a una inesperada prominencia a figuras independientes como Rosa María Palacios (en LRTV y las redes), Alberto Borea (en el Derecho) y Pedro Cateriano (en los medios y la calle). No son los únicos, sino algunos de los más visibles en un nuevo panorama de activismo democrático.
Luego hemos visto la fragilidad del tinglado económico nacional, que empezó a perder oxígeno en el momento en que apareció la posibilidad de una crisis democrática de fondo. Una lección práctica acerca de las relaciones entre economía y política en estos tiempos. Digamos que el PBI también se salvó, por poco, en la votación del pasado jueves.



El Comercio., editorial
Decía La Rochefoucauld que la hipocresía es el homenaje que el vicio le rinde a la virtud.
Pues bien, el día de ayer la mayoría de parlamentarios de las bancadas que buscaron, sin éxito, vacar al presidente de la República no nos ha rendido a los ciudadanos que seguíamos el debate ni el homenaje de su hipocresía.
Y no nos estamos refiriendo al nivel de los argumentos que usaron. La paupérrima preparación de la mayoría de nuestros representantes hace tiempo que dejó de ser noticia para pasar a ser parte asumida de nuestra geografía política. Nos referimos a que la mayoría de estos argumentos ni siquiera iba dirigido a probar el caso que tenían al frente. A saber, si las contrataciones que Odebrecht hizo con una empresa del presidente Pedro Pablo Kuczynski cuando era ministro de Toledo, y con él mismo –por vía indirecta– luego de que fuese ministro, junto con la forma como él intentó ocultar el tema hasta hace muy poco, constituían motivo suficiente para declararlo incapaz moralmente para ejercer la presidencia del Perú y vacarlo del cargo. Una pregunta cuya respuesta, a su vez, requería probar en algún grado razonable que hay una relación entre las contrataciones que Odebrecht hizo con su empresa o con él, y las decisiones que tomó como ministro.
En lugar de esto, la mayoría de nuestros parlamentarios optó simplemente por lanzarse por la libre y exorcizar por el micrófono lo que fuese que se les antojase en el momento, sin preocuparse por demostrar nada respecto del tema que tenían en manos (ni más ni menos que el más grave que puede decidir un Congreso).
Con esta poca seriedad, naturalmente, nuestros congresistas pusieron en evidencia que este intento de vacancia no estuvo motivado por lo que ellos dicen –la capacidad moral del señor Kuczynski para ser presidente del Perú– sino que era simplemente una consigna nacida de sus intereses políticos de facción.
Desde luego, nadie puso más en evidencia esto que Fuerza Popular, partido que por fuerza de los números tuvo la mayor parte del tiempo del debate y que ha sido el propulsor fundamental de esta decisión. Una conducta que está en perfecta consonancia con el juego de acoso y derribo que la bancada fujimorista emprendió con varios ministros de este gobierno en su primer año, sin preocuparse siquiera de disimular en más de un caso que lo que hacía respondía a una justificación diferente que su interés por desplegar poder, cobrarse cuentas viejas y mantener permanentemente jaqueado al gobierno. ¿O alguien puede creer que el ex ministro de Educación Jaime Saavedra de verdad fue censurado por una compra de computadoras?

Como este Diario ha venido sosteniendo, la conducta pasada del presidente Kuczynski, que Odebrecht puso de relevancia en su comunicación a la Comisión Lava Jato, no es cosa que pueda ser pasada por agua tibia, como tampoco lo son las mentiras en que incurrió para tapar esta conducta. Pero las bancadas en cuestión no solo no han probado que sus actos sean de una envergadura tal que justifique la vacancia: salvo contadas excepciones, ni siquiera se han preocupado de dar la impresión de que intentaban probarlo. Una actitud con la que, además de mostrar el alcance de su desprecio por lo que pueda pensar la ciudadanía, han revelado también que la vacancia nunca se trató de lo que ellos quisieron hacernos creer.