Mostrando entradas con la etiqueta "Rumbo de colisión". Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta "Rumbo de colisión". Mostrar todas las entradas

martes, 16 de agosto de 2016

ESTA NOCHE martes 16 agosto 2016




ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.

La opinión en MEDIA COLUMNA representa exclusivamente a su autor. Usted puede reenviar y publicar libre y gratuitamente cualquier MEDIA COLUMNA tomándola de este correo o de
jorgemorelli.blogspot.com



MEDIA COLUMNA
Rumbo de colisión


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com


Mientras el gobierno se prepara para ir esta semana al Congreso a pedir el voto de confianza para el Gabinete Zavala, y también la siguiente a solicitar facultades delegadas para legislar, la izquierda radical alista ya una asonada para detener la producción de Las Bambas.

Las comunidades de Allahua, Choquecca, Quehuira y Pumamarca, del distrito de Tambobamba en Cotabambas, tienen tomada desde el pasado viernes la carretera que lleva a la mina.

El argumento de los comuneros es que la empresa china MMG, que tiene la concesión de Las Bambas, ha construido esa carretera en tierras comunales sin haber firmado con las comunidades en el camino un contrato de servidumbre de paso.

“Estamos tragando polvo por meses sin ningún beneficio", dice el presidente de la comunidad de Quehuira.

Desde luego, la pregunta que cae por su peso es si esos comuneros tienen título de propiedad de sus tierras comunales y no solo posesión ancestral de las mismas.

Porque, sin título, no hay contrato que valga ante la autoridad judicial. Y en esas condiciones no habrá contrato por temor a que carezca de validez.

Hay seis mil comunidades andinas y dos mil amazónicas, aproximadamente. La titulación de las tierras comunales en los Andes y en la Amazonía es la piedra fundacional de su derecho de propiedad.

Sin propiedad, no hay ciudadanía, ni puede haber desarrollo alguno sobre cimientos firmes.

No hay nada más justo ni más lúcido y racional que el reclamo de un contrato, que en el fondo es un clamor por un título y por el derecho de propiedad.

La instrumentación política de ese justo reclamo, sin embargo, para el fin de paralizar la inversión en el país, es un acto que el Estado no puede tolerar sin menoscabo de la su primera obligación, que es la seguridad no solo ciudadana sino jurídica.   

Frustrar un proyecto minero gigantesco como Conga o Tía María, u obstruir la construcción de una represa para irrigar las tierras del proyecto Majes-Siguas, le resta ingresos futuros al Perú. Paralizar una enorme mina ya en plena producción, como Las Bambas, en cambio, le quita al Perú un ingreso presente ya presupuestado, lo que agrava tremendamente el déficit fiscal heredado del gobierno humalista, que se encuentra casi fuera de control.

Esta es, pues, otra de las minas sembradas por ese gobierno con mecanismo calculado para estallar en tiempo diferido.

Estamos avisados. El gobierno de PPK, quiera o no, se encuentra ya en curso de colisión con el antisistema radical de izquierda, que se he propuesto paralizar el Sur del país y al que las lunas de miel le importan un bledo.


REPORTE DE NOTICIAS en Internet
 Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican sólo como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.



GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA



La República
Desde el viernes pasado, los comuneros de Allahua, Choquecca, Quehuira y Pumamarca, del distrito cotabambino de Tambobamba, ocupan la carretera que va hacia la mina Las Bambas, en el sector de Antuyo, al considerar que con su edificación se han atropellado sus derechos.
"La empresa MMG ha construido esta vía a nuestras espaldas en territorios comunales y sin tener expediente técnico. Tampoco ha celebrado contrato de servidumbre de uso con nosotros. Estamos tragando polvo por meses sin ningún beneficio", reclamó el presidente de la comunidad de Quehuira, Raymundo Letona.
El dirigente dijo que lo que están haciendo es reivindicar sus tierras, amparados en el acuerdo municipal 236 de Cotabambas, que les faculta recuperar sus territorios ancestrales.
Letona también denunció que un contingente policial llegó el viernes a Quehuira y prendió fuego a sus praderas, lo cual generó más reacciones airadas. 



La República
Pobladores del valle arequipeño de Tambo, provincia de Islay, recordaron al presidente Kuczynski que la construcción de la represa de Paltiture es en compensación a la disminución del caudal del río Tambo direccionado a la represa Pasto Grande, de Moquegua, y que Paltiture debe servir para ampliar la frontera agrícola del valle.
También se reafirmaron en la cancelación del proyecto minero Tía María.
Jorge del Carpio dijo que el diálogo con el mandatario debe darse en el valle de Tambo y de acuerdo al compromiso de PPK de respetar la decisión del pueblo.



La República
El ministro de Transportes y primer vicepresidente, Martín Vizcarra, manifestó que el mandatario Pedro Pablo Kuczysnki (PPK) podría dirigirse a la zona afectada por el sismo en Arequipa, si resulta "necesario". “Si es necesario, irá. No está definido", dijo a RPP.
También admitió que la ayuda tardó en llegar a Arequipa -los helicópteros aterrizaron alrededor del mediodía del lunes de Caylloma y el sismo se produjo a las 10 p.m. del domingo- debido a la falta de organización en los servicios de emergencias del Ejecutivo. Según explicó, los helicópteros tardaron en partir porque faltaban pilotos.



El Comercio
Ricardo Vásquez Kunze
(…)
…el trabajo de PPK –que ha consistido hasta hoy en posicionarse como líder y motivador de un país que estaba perdiendo la confianza en sí mismo– ha dado resultado (apenas un 15% no precisa si aprueba o no al gobierno, contra un 64% que lo aprueba y 21% que lo desaprueba)
(…).



El Comercio
Un día después de ser designado como primer ministro, Fernando Zavala ya tenía en claro los ejes del discurso con el que este jueves buscará obtener el voto de confianza del Congreso. El economista, según detalló a El Comercio, busca concretar consensos mínimos con las bancadas del Parlamento, en especial con Fuerza Popular.
“Tengo tres ejes temáticos para lograr consensos con el resto de fuerza políticas”, dijo Zavala Lombardi a este Diario hace cinco semanas.
Uno de los lineamientos es la seguridad ciudadana, cuya atención, de acuerdo al jefe del Gabinete, es “un clamor popular”. En aquella oportunidad, Fernando Zavala indicó que el gobierno ejecutará un plan para contar con más agentes de la Policía Nacional para el patrullaje en las calles; para reforzar la inteligencia policial; y para mejorar la situación de las cárceles del país.
El segundo eje de su exposición, agregó el primer ministro, será el empleo y la generación de oportunidades. “El 70% de los trabajadores en el Perú dependen de las mypes, por lo que tenemos que lograr condiciones para que estas se desarrollen, se formalicen y entren en un proceso de encadenamiento con la mediana y gran empresa”, explicó.
El tercer punto, según detalló Fernando Zavala, es la mejora de los servicios que brinda el Estado a los ciudadanos.
Para que el Gabinete Ministerial logre la investidura requiere del respaldo de más de la mitad de los congresistas. Es decir, 66 votos. Con 73 parlamentarios, el fujimorismo tiene la sartén por el mango.



El Comercio
El cuco de la reforma laboral
Víctor Ferro
Las primeras acciones del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski confirman lo que ya se avizoraba durante la campaña electoral: no hay planteamientos concretos que busquen reformular nuestra rígida legislación laboral. Tampoco es que el plan de gobierno de Peruanos por el Kambio haya aportado propuestas audaces en esta materia, más allá de sustituir la CTS por un seguro de desempleo aplicable únicamente a los nuevos trabajadores.
La CTS, sin embargo, no es el problema central de nuestro ordenamiento laboral. El meollo de nuestra rigidez se explica, primeramente, por el particular criterio de magistrados del Tribunal Constitucional (TC) del 2002, que nos retrocedió a un régimen de estabilidad laboral cuasi absoluta en el que prima la reposición forzosa. Ello pese a que se ha demostrado hasta la saciedad que, ante el despido ilícito, la reinstalación no corresponde a un mandato de nuestra Constitución.
Ante la renuencia del TC a enmendar esta situación, se debe evaluar una enmienda constitucional que establezca que, en caso de afectación del derecho al trabajo –u otros derechos– como resultado de la terminación de la relación laboral por iniciativa del empleador, corresponde exclusivamente el pago de la indemnización que fije la ley y que la reposición solo proceda ante despidos discriminatorios. Esta enmienda permitiría también salir al frente de desconcertantes criterios jurisprudenciales que vienen ordenando reparaciones extraordinarias por el daño moral derivado del “sufrimiento” que causa la desvinculación laboral.
(…)
En lo relativo a los ceses colectivos, la rigidez alcanza ribetes kafkianos. De acuerdo con la ley, estas desvinculaciones requieren de la autorización expresa del Ministerio de Trabajo, con cargo a que el empleador demuestre la causa objetiva que las justifica. Sin embargo, salvo en casos de desastres naturales, esta cartera no emite esas autorizaciones. La razón es sencilla: el costo político de autorizar ceses colectivos es particularmente alto para cualquier ministro de Trabajo y estos suelen ser particulares defensores de la estabilidad laboral… pero de la propia. Así, estas decisiones deberían sustraerse de la determinación política de este ministerio y trasladarse a tribunales arbitrales independientes.

El ránking de Competitividad Global 2015-2016 elaborado por el Foro Económico Mundial sitúa al Perú en la posición 133 de 140 países respecto a “prácticas de contratación y cese”. Es decir, ocupamos uno de los niveles más altos de rigidez en esta materia. Por ende, no puede obviarse que este es uno de los factores que incide en nuestra elevada informalidad. Reducirla a 40% en cinco años –conforme a la meta ofrecida en el mensaje presidencial– no es un tema que se agote con la atenuación de nuestra rigidez laboral, pero no por ello debe subsistir esta anómala situación si apuntamos a adecuarnos a los estándares laborales de la mayoría de economías con las que competimos.