domingo, 13 de octubre de 2019

MEDIA COLUMNA domingo 13 octubre 2019



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La señal


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com


El resultado de las elecciones en Bolivia en un semana, el próximo domingo 20 de octubre, va a tener un impacto decisivo en nuestras elecciones del 26 de enero.

Para Evo es crucial ganar en la primera vuelta, porque perdería la segunda. Evo ya tiene 60 años y lleva 14 en el poder. El impacto electoral entre los jóvenes -el 34% de la población- de los incendios forestales que se le escaparon de las manos al gobierno luego de la decisión política de autorizarlos por supuestas razones económicas, puede ser decisivo del resultado. Su desesperación, en todo caso, es por la mayoría parlamentaria que le sería esquiva a Evo, con las consecuencias que ya conocemos.  

Es indispensable, sin embargo, ponernos igualmente en el escenario posible de la enésima reelección de Evo Morales a la Presidencia de Bolivia hasta el 2025. La novedad es que, en las actuales circunstancias políticas peruanas, el efecto de una posible victoria electoral de Evo va a tener un efecto devastador en el voto del Sur del Perú en enero.

Es el “efecto aymara”, pero no es lo principal. El peligro del enemigo en las puertas del Perú viene de mucho más allá. Evo es aliado del Foro de Sao Paulo, de Caracas y de La Habana. Este es un plan geopolítico que abarca el siglo XXI.

Una semana después de las elecciones bolivianas, el 27 de octubre, tendrán lugar las elecciones argentinas, donde el favorito es el candidato del peronismo kirchnerista, el partido causante de 80 años de desastre económico de la Argentina. Desastre del que el pueblo hoy culpa al gobierno actual. Es un sainete mil veces repetido. Pero el resultado de las elecciones argentinas tendrá igualmente un impacto electoral en las peruanas y sumará a Buenos Aires al eje la Habana, Caracas, Sao Paulo.

La otra novedad es que Evo Morales viene de firmar en los últimos días con Vladimir Putin un paquete enorme de inversiones en infraestructura para Bolivia, que incluyen el litio, la energía atómica para su explotación, y el tren bioceánico de Sao Paulo a Ilo.

La construcción primero de una red local y de un gasoducto luego desde Bolivia a Ilo, en el plan Siete Regiones para abastecer de gas natural al Sur, pondría la llave de la energía de todo el Sur del Perú en manos de Evo.

La licitación aun está pendiente de la decisión de Proinversión, y la estatal de gas boliviana es uno de los dos postores del proyecto. Algún tiempo atrás circularon versiones de que el gasoducto lo construiría la estatal rusa Gazprom, la empresa gigante del gas que abastece a Europa.

De ganar el postor competidor -un consorcio del que es parte una gran empresa china- tendremos una señal, porque China y Rusia compiten por los recursos a nivel planetario. También por los del Sur del Perú. De ganar la licitación, en cambio, la estatal de gas boliviana, esa será la señal emblemática que definirá el rumbo político y el significado del gobierno de Martín Vizcarra.



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