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Las reparaciones
son lo de menos
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
La Corte IDH ha reabierto, una vez más, el caso Chavín de Huántar.
Es decir, ha condenado a que, después de 18 años, los comandos del Perú,
que rescataron a los rehenes de la embajada japonesa, sigan subiendo el vía
crucis de un proceso amañado escuchando las calumnias caviares.
Que la Corte no haya ordenado el pago de reparaciones es lo de menos. Lo
importante era que los soldados que defendieron al Perú fueran finalmente libres
de esta persecución indigna.
Es por eso que Ollanta Humala, jefe supremo de las fuerzas armadas y
soldado él mismo, no puede escudarse en frases -como la de que no se pagará un
sol a los terroristas-. Es irrelevante la ausencia de sanción pecuniaria cuando
la injusta sanción penal prevalece.
(La decisión, además, ni siquiera exonera al Estado del pago de reparaciones,
ya que, al ordenarle investigar de nuevo, el Estado siempre estará expuesto al
pago de reparaciones si mañana es hallado responsable).
Es por esta razón que lo único decente en este caso es que el Perú se
retire nuevamente de la competencia de la Corte, que por enésima vez muestra su
sesgo político arbitrario.
Quienes nos devolvieron a la Corte sin condiciones cuando hace quince
años el país ya había tomado la decisión de retirarse de ella, sabían lo que
hacían cuando pusieron al Perú al alcance de esa inmundicia. Y en su día tendrán
que responder por esa cobardía.
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