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miércoles, 11 de enero de 2017

ESTA NOCHE miércoles 11 enero 2017


ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.

La opinión en MEDIA COLUMNA representa exclusivamente a su autor. Usted puede reenviar y publicar libre y gratuitamente cualquier MEDIA COLUMNA tomándola de este correo o de
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MEDIA COLUMNA
Un momentito


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com


Acá parece estarse gestando un grueso malentendido.

Aparentemente, Odebrecht está pensando devolverle la concesión del Gasoducto al Estado en la errada creencia de que -si el consorcio no logra conseguir los 4 mil millones de dólares de financiamiento que faltan y todo indica que no lo logrará-, el contrato sería rescindido y que, entonces, el Estado subastaría los activos del proyecto y le devolvería –así lo estipula el contrato- unos 1,600 millones de dólares invertidos en el proyecto.

He aquí el malentendido: el contrato no va a ser rescindido. El contrato es nulo, inexistente. Nunca nació y lo que no existe no puede ser resuelto o rescindido o anulado. Es un acto jurídico nulo, viciado en su origen mismo por un acto de corrupción en la licitación de la concesión del proyecto. Un acto que alteró los hechos mismos que las partes creían conocer y sobre los cuales creían estar contratando.

No es entonces, repito, que el contrato sea anulable, o deba ser resuelto o rescindido, sino que es nulo. Desde luego, el acto de corrupción en la licitación tiene que ser debidamente demostrado en las investigaciones.

Se puede, si se quiere, poner los fondos de lo que se subaste en garantía hasta que la investigación termine. Es lo que sucedería igualmente –como ha dicho el ministro de Economía- si Odebrecht vendiera hoy su 55% del consorcio a otra empresa. No se llevaría el dinero de la venta. Se quedaría en garantía hasta el final de las investigaciones.

Pero el Estado peruano no va a devolverle un centavo de esos fondos a Odebrecht, ni ahora ni después.  

De ir por el camino de la venta y de la ficción de la continuidad del contrato nulo, sin embargo, el gobierno contagiaría el vicio original al nuevo consorcio.

Con lo que, cuando más adelante quede probada la corrupción en la licitación original, y la nulidad del contrato quede en evidencia ante los ojos de todos, el gobierno igual tendrá que licitar de nuevo el proyecto.

Según expertos, eso tomaría unos nueve meses. Una gestación, pero no la de un malentendido, sino la de una nueva vida para el Gasoducto del Sur limpia de todo contagio de corrupción.




REPORTE DE NOTICIAS en Internet
Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican sólo como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.



GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA



ESTA NOCHE (tomado de El Comercio)
El desenlace del Gasoducto Sur Peruano podría estar ya decidido. Fuentes de El Comercio confirmaron que la empresa concesionaria estaría preparándose para devolver la concesión al Estado y subastar sus bienes para recuperar la inversión, que a la fecha suma US$1.600 millones.
Cara al hito del 23 de enero, el panorama para la salida de Odebrecht y el cierre financiero del proyecto sería complejo. En caso no se concretara, el contrato se rescindiría dado que el concesionario no habría cumplido con el hito del cierre financiero.
Dada esta causa, sin embargo, el contrato establece que el gobierno deberá devolver al consorcio el 72,5% de lo invertido hasta la fecha, suma que asciende a aproximadamente US$1.600 millones.
De ellos, US$1.000 corresponden a los aportes de los tres accionistas y US$600 mil a un crédito puente que se adquirió para avanzar con la construcción del ducto.
La liquidación del proyecto y, por tanto, la devolución de lo invertido, se realizaría mediante tres subastas de los bienes del proyecto.
Por otro lado, la resolución del contrato significaría también la ejecución de la carta de garantía del fiel cumplimiento que manejan todos los contratos de concesión, que en el GSP asciende a US$350 millones.



El Comercio
Entrevista a Sergio Salinas, profesor de la Universidad Pacífico
-¿Qué implica que el proyecto regrese al Estado?
Como regla general, la caducidad de un contrato genera la obligación al Estado de compensar al concesionario por el valor remanente de la concesión. Sin embargo, cuando la caducidad obedece a un incumplimiento del concesionario -como aparentemente sería el caso en la concesión GSP-, esto, a su vez, genera una obligación de indemnización del concesionario a favor del Estado por los daños y perjuicios que su incumplimiento le ocasione. En tales casos, el Estado está habilitado para proceder a la ejecución de la carta fianza que normalmente se exige en este tipo de compromisos.
-¿Qué recibe el Estado? 
Declarada la caducidad de la concesión, corresponde que reviertan al Estado los bienes de la concesión, como terrenos, servidumbres, entre otros, así como los nuevos que hayan sido construidos por el concesionario e integrados a la concesión.
En relación a los pasivos vigentes ya asumidos por la concesionaria frente a terceros (los bancos), originados por la construcción de la infraestructura revertida, es un tema discutible. El Estado podría alegar que la asunción de esta deuda, cuando no hay concesión vigente, es un costo derivado del incumplimiento del concesionario y debe ser descontado del pago por la concesión.
(…)



El Comercio
El Gasoducto Sur Peruano atravesó malos momentos en el 2016, pero su calvario persiste en este 2017. Luego de la crisis reputacional de Odebrecht con el escándalo de los sobornos, la obra quedó paralizada por falta de financiamiento. A la fecha, sólo se tiene un avance del 34%.
El 'pool' de  22 bancos que financiaba la construcción decidió dejar de prestar dinero hasta que la empresa brasileña, que controla el 55% de la concesionaria GSP, abandone el proyecto.  
Ahora, el GSP corre contra el reloj, pues el consorcio operador –también compuesto por Graña y Montero y la española Enagás-tiene plazo hasta el 23 de enero para presentar al Estado un financiamiento aprobado por los bancos internacionales que financiarían la obra.
Si esto no se cumple, el Estado estaría en facultad de declarar “la terminación de la concesión por causa imputable al concesionario” y a “ejecutar la garantía de fiel cumplimiento por los daños y perjuicios ocasionados, de acuerdo al contrato”.



El Comercio
El lunes, el ministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, anunció que la cláusula anticorrupción presente en los contratos de concesión del Estado dictamina que, de encontrarse algún hecho ilegal, el concesionario perdería todo derecho sobre el proyecto. Este es el riesgo que correría cualquier empresa que buscara comprar el 55% de la brasileña.
Thorne agregó que “Odebrecht, si es que vende, no cobraría su participación por el Gasoducto del sur. Ese dinero pasa a ser garantía en caso haya eventos de corrupción.



El Comercio
La obra de infraestructura más cara en la historia del Perú, el gasoducto sur peruano, podría volver a ser licitada debido al escándalo de corrupción que Odebrecht, su principal accionista, enfrenta mundialmente.
Según el hito del contrato aún vigente, la empresa concesionaria Gasoducto Sur Peruano (GSP) –compuesta por Odebrecht, Graña y Montero y Enagás– tiene hasta el 23 de enero para que los bancos internacionales hagan efectivo el primer préstamo para la obra. Para ello, es fundamental que Odebrecht concrete la venta del 100% de sus acciones en el proyecto.
Tras una primera caída de la negociación con el consorcio Sempra-Techint, se conoció que el fondo canadiense Brookfield y la china CNPC estaban interesados en negociar su participación. Según fuentes de El Comercio, de ambos, solo Brookfield habría presentado documentos escritos y, además, estaría aún realizando el ‘due diligence’ para presentar la oferta definitiva. “CNPC ha tenido reuniones de interés pero aún no ha presentado una oferta formal”, dijo la fuente.



El Comercio
¿Cuánto demoraría volver a licitar el proyecto? Se calcula que armar un nuevo esquema de licitación tomaría, aproximadamente, seis meses.
No obstante, Sergio Salinas, profesor de la Universidad del Pacífico, “si el Estado desea revisar y replantear las condiciones de la concesión, la etapa de diseño y estructuración de la nueva concesión puede tomar unos 9 a 12 meses (contratación de asesores técnicos, estudios complementarios, entre otros) y unos seis meses más, cuando menos, para la etapa licitatoria”.



El Comercio
La empresa Graña y Montero tiene el 20% de las acciones del consorcio GSP, y el 29% de la constructora del proyecto, Ductos del Sur.
La caída del valor de las acciones de Graña y Montero desde el inicio del año, tanto en la BVL como en la bolsa de Nueva York, puede interpretarse como un voto de desconfianza del mercado sobre la continuidad de la concesión del Gasoducto del Sur.
“Los inversionistas ya están interiorizando que el proyecto se caerá”, afirma Marco Alemán, analista de inversiones de Kallpa SAB.
“Si [Graña y Montero] solo sale del Gasoducto habrá una caída. Pero hay un riesgo sistémico de que el Estado prohíba a la empresa participar en más licitaciones si el caso de Odebrecht la alcanza. Ese escenario sería mucho peor”, añade Alemán.



Expreso
Contrato del gasoducto es nulo
Luis García Miró
(…)
El numeral 516 (del contrato) determina el concepto ´pago indebido´, sobre el cual el Concesionario se compromete a que “Ni él ni ninguno de sus accionistas, socios, empresas vinculadas, ni cualquiera de sus respectivos directores, funcionarios, empleados, asesores, representantes legales o agentes, ha pagado, recibido, ofrecido ni intentado pagar o recibir u ofrecer, ni intenta pagar o recibir u ofrecer en el futuro ningún pago o comisión ilegal en relación a la Concesión, el Contrato y el Concurso”.
¿Qué dice la confesión de Odebrecht al Fiscal de New York de la Sección Fraudes de la División Criminal del Departamento de Justicia? “En o alrededor y entre 2005 y 2014, Odebrecht efectuó e hizo aproximadamente US$29 millones en pagos corruptos a oficiales del Gobierno del Perú para asegurar contratos de obra pública. Odebrecht se benefició con más de US$143 millones como resultado de estos pagos”.
Ahora leamos qué precisa la cláusula de terminación del contrato de concesión del Gasoducto del Sur. A través del ítem 20.1, literal c.6 del convenio del GSP, el Concedente (el Estado peruano) queda facultado a declarar la resolución del acuerdo “por la falsedad de cualquiera de las declaraciones y garantías efectuadas por el Concesionario o por el Operador Calificado, según corresponda, conforme a lo establecido en el Contrato, en el Concurso o durante la ejecución del Contrato”.
Entonces resulta evidente que si Odebrecht -releyendo su propia declaración ante la fiscalía norteamericana- pagó US$29 millones en sobornos a autoridades peruanas “en o alrededor y entre 2005 y 2014” –el último año corresponde precisamente a la fecha en que la corrupta constructora negoció el contrato del Gasoducto del Sur con el régimen humalista- este gobierno deberá cancelar el convenio GSP imputando el concepto contractual ´pago indebido´, y convocar inmediatamente a nueva licitación. No caben parches ni artificios forzados. El contrato es nulo per se.






ANTICORRUPCION, PERSECUCION, JUDICIALIZACION POLITICA



El Comercio
La ex primera dama Nadine Heredia podrá salir del país, pero deberá regresar cada 30 días para pasar por el control biométrico impuesto como parte de las reglas de conducta que debe cumplir, en marco de la investigación por el presunto delito de lavado de activos que afronta. Así lo estableció la Segunda Sala Penal de Apelaciones.
No se puede afectar su derecho al trabajo, dijo el colegiado.
Según fuentes de la fiscalía que han tenido acceso extraoficialmente a la resolución, la Segunda Sala Penal de Apelaciones - conformado por los vocales César Sahuanay, Iván Quispe y Jessica León- confirmó la decisión que tomó el juez Richard Concepción Carhuancho en primera instancia de rechazar el pedido formulado por el fiscal Germán Juárez Atoche para que Nadine Heredia cumpla prisión preventiva, debido a que ella no violó las reglas de conducta que se le impusieron.



El Comercio
Gustavo Navarro, ex miembro del Comité Pro Seguridad Energética de ProInversión, el que se encargó del proceso de concesión del Gasoducto del Sur Peruano, señaló que acudió tres veces a Palacio de Gobierno y que en una de estas reuniones estuvo presente la ex primera dama Nadine Heredia "acompañando" al ex presidente Ollanta Humala.
También precisó que después de las tres reuniones en Palacio, se conocieron las bases para la adjudicación del megaproyecto energético a cargo de la empresa Odebrecht, actualmente paralizado.
El proyecto Gasoducto Sur se entregó en junio del 2014 a la empresa brasileña Odebrecht.



El Comercio
El brasileño Jorge Barata fue el máximo representante de Odebrecht en el Perú durante 12 años. Desde la caída del fujimorato hasta los inicios del gobierno de Ollanta Humala, el llamado “virrey” de la constructora fue asiduo visitante de Palacio de Gobierno: acudió 16 veces en la segunda administración aprista y dos más en la gestión nacionalista, según el informe Pari.
Barata, al igual que otros 60 ejecutivos de Odebrecht, se ha sometido al programa de delación premiada en Brasil. Es decir, entregará información respecto a la red de corrupción que la empresa armó en América Latina a cambio de la reducción de su pena o de la anulación de esta.
El ex congresista Juan Pari, quien dirigió la Comisión Lava Jato del Parlamento anterior, aseguró que el ex director ejecutivo de Odebrecht Latinvest Perú “es el hombre clave en las negociaciones que hubo”, en clara referencia a los sobornos de US$29 millones que la firma brasileña admitió haber pagado como sobornos en nuestro país entre el 2005 y 2014.



El Comercio
El procurador anticorrupción Amado Enco anunció que solicitó a la fiscalía incluir como investigados a Marcelo Bahía Odebrecht, ex CEO de la empresa brasileña; Jorge Henrique Simoes Barata, ex representante de Odebrecht en el Perú; y el empresario peruano Gonzalo Monteverde Bussalleu.
Según el informe de la comisión parlamentaria que presidió Juan Pari, Monteverde habría entregado por medio de otras empresas el dinero con el que la constructora pagó a funcionarios de los últimos tres gobiernos.
Este anuncio lo hizo Enco en compañía de la presidenta del Consejo de Defensa Jurídica del Estado (CDJE), Julia Príncipe.}
Pero esos no son todos los requerimientos: también ha solicitado la declaración indagatoria como testigos de más de 80 funcionarios y ex funcionarios. En este grupo se encuentran diez ex ministros y nueve ex gobernadores regionales.
El presidente Pedro Pablo Kuczynski está en la lista de funcionarios que deberán rendir su declaración ante el Ministerio Público si el fiscal Castro así lo considera.
El mandatario figura por su condición de ex miembro del consejo directivo de Pro Inversión cuando fue ministro de Economía en el gobierno de Alejandro Toledo.
Además de estos funcionarios, la defensa del Estado ha requerido que los tres últimos presidentes –Toledo, Alan García y Ollanta Humala– acudan a prestar  sus declaraciones.
La ex alcaldesa de Lima Susana Villarán también está incluida en el grupo de más de 80 personas que pasarían por el despacho de Castro.
Testimonio pedidos
Pedro Pablo Kuczynski , ex ministro de Economía
Juan Valdivia, ex ministro de Energía y Minas
Luis Miguel Castilla, ex ministro de Economía
Jorge Merino, ex ministro de Energía y Minas
Carlos Paredes, ex ministro de Transportes
José Gallardo, ex ministro de Transportes
Enrique Cornejo, ex ministro de Transportes
José Ortiz, ex ministro de Transportes
Verónica Zavala, ex ministra de Transportes
Carlos Bruce, ex ministro de Vivienda
José Murgia, ex gobernador de La Libertad
Félix Moreno, actual gobernador del Callao
Jorge Acurio, ex gobernador del Cusco
René Concha, ex gobernador del Cusco
Nery Saldarriaga, ex gobernadora de Lambayeque
José Luis Milla, ex gobernador de Áncash
César Villanueva, ex gobernador de San Martín
Robinson Rivadeneyra, ex gobernadora de Loreto
Yehude Simon, ex gobernador de Lambayeque


lunes, 9 de enero de 2017

ESTA NOCHE lunes 9 enero 2017



ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.

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MEDIA COLUMNA
El gobierno les queda grande


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
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A PPK y su gente la tarea de gobernar el Perú les ha quedado grande.Gobernar es decidir. Y esto es lo que el gobierno no está haciendo. Cualquier excusa es buena para no tomar las decisiones políticas difíciles que el país necesita.

Cada vez más se le está diciendo al gobierno en su cara que tiene que dar por terminado el contrato del Gasoducto del Sur, y licitar de nuevo. Pero el gobierno solo atina a responder medrosamente que no se puede romper un contrato de manera unilateral porque podría generarse una contingencia y la empresa brasileña enjuiciar al Perú.

La empresa brasileña no va a enjuiciar al Perú porque no le va a ser materialmente posible hacerlo. No se puede incumplir un contrato nacido de un acto jurídico nulo por un vicio en su origen.  

Las investigaciones probarán si hubo corrupción en el otorgamiento mismo de la licitación a la empresa. Y si la hubo, como todo indica, el contrato nunca llegó a existir.  Y es imposible violar un contrato inexistente. No hay, pues, peligro de contingencias.

Igualmente, en el instante mismo en que se reconozca que el contrato es nulo desaparece el fundamento legal del cobro a los contribuyentes del subsidio en los recibos de luz. No hace falta ningún proyecto de ley para suspenderlo.  

Por el contrario, prolongar la ficción de un contrato inexistente es perpetuar el contagio del vicio de origen a toda otra forma jurídica que se le quiera dar al proyecto para que siga adelante de cualquier manera.

Es un acto temerario. Y es incurrir en una responsabilidad penal.

Hay que aceptar la realidad. Este asunto nació mal y hay que darle fin. Y comenzar de nuevo limpiamente.    



REPORTE DE NOTICIAS en Internet
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GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA



El Comercio
En octubre pasado, el primer ministro Fernando Zavala estimó que el Ejecutivo emitiría 58 decretos legislativos en los 90 días que el Congreso le delegó facultades. El plazo venció ayer y casi se dobló el número: son 112.
En “El Peruano” se publicaron ayer las últimas 13 normas, entre las que están la que amplía la responsabilidad administrativa de las personas jurídicas (D.Leg. 1352); la que modifica la Ley de Contrataciones del Estado (D.Leg. 1341), o la que oficializa la reducción del Impuesto General a las Ventas (IGV) de 18% a 17%. Entre el jueves y ayer se publicaron 35.
En el Parlamento ya revisan las 112 normas. En la Comisión de Constitución, hay un grupo encabezado por la legisladora Úrsula Letona (Fuerza Popular) que viene analizándolas. Se espera que los resultados de esa labor se conozcan antes de que se inicie la segunda parte de la legislatura, en marzo.
Zavala y algunos ministros deberán presentarse en una sesión extraordinaria de la comisión, el próximo miércoles. El presidente del grupo, Miguel Ángel Torres (Fuerza Popular), dijo que los miembros del Gabinete deberán explicar los alcances de los decretos.
Tras su análisis, el Congreso puede dar su conformidad con los decretos, derogarlos parcial o totalmente, o modificarlos, aunque para esto debe presentar un proyecto de ley.






ANTICORRUPCION, PERSECUCION, JUDICIALIZACION POLITICA



Gestión
El mes pasado, Reuters informó que Odebrecht había cerrado un acuerdo para vender su participación al constructor canadiense Brookfield. Bloomberg informó una semana después que China National Petroleum Corporation estaba compitiendo con Brookfield para comprar la participación.
Sin embargo, ningún acuerdo se ha anunciado menos de dos semanas desde la fecha límite de financiación, el 23 de enero.
Sempra Energy se retiró de las negociaciones en noviembre cuando el gobierno se negó a absolver a la empresa si se enterase de que Odebrecht cometió actos de corrupción al ganar la licencia, lo que anularía el contrato bajo la ley peruana.
En estas circunstancias, cualquier comprador de la participación de Odebrecht correría el riesgo de perder el contrato.
El ministro de Finanzas, Alfredo Thorne, reiteró el viernes en Radio Capital que el gobierno no haría una excepción a los estatutos de corrupción y celebraría una nueva subasta pública si el plazo transcurre sin financiamiento.
Con su futuro en el Perú dudoso, Odebrecht está tratando de mantener sus proyectos actualmente en construcción.



Expreso
Este 23 de enero vence el plazo para que Odebrecht y las otras empresas que participarán en la obra confirmen que tienen el financiamiento para el Gasoducto del Sur.
Según Manuel Romero Caro, se abren dos posibilidades.
La primera es que llegue el 23 de enero y los participantes del proyecto no hayan conseguido el financiamiento. Este sería el fin del contrato, con lo que cesaría también el pago a través de los recibos de luz.
Lo segundo que podría pasar es que sí logren el financiamiento, pero el Ejecutivo se niegue a firmar una adenda “de bancabilidad”, mediante la cual se estaría mejorando las seguridades para los bancos de recuperar sus préstamos. “El Gobierno puede no firmarla y, si no se da la adenda de bancabilidad, se acaba también el proyecto”, sostiene.
Pero existe al miosmo tiempo la llamada “cláusula anticorrupción”, que el Gobierno ha dicho que no retirará de ningún modo.
“Esta cláusula dice bien claro que si algún funcionario del consorcio o de cualquiera de los del consorcio –funcionario, asesor, etcétera– hubiera dado un soborno, o hubiera un intento de sobornar, el contrato se acaba”, añade y recuerda que Odebrecht ya ha admitido ante la justicia de los Estados Unidos que sobornó entre los años 2005 y 2014 a funcionarios públicos del Perú para hacerse de proyectos y sucede que el único proyecto en 2014 fue el Gasoducto.
“Resumiendo, el contrato muere solo”, opina.
Sostiene que esto dejaría al Estado peruano en condiciones de ejecutar la carta fianza de 350 millones de dólares que el concesionario entregó al Estado para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones.
“Todo el Perú sabe que ha habido soborno, todo el mundo sabe que este contrato es un abuso, que cada vez que prendemos la luz estamos contribuyendo a pagar los excesos”.
(…)
…el PBI de Lima es más de ocho veces y media el PBI sumado de Arequipa, Moquegua y Tacna, y sin embargo Lima debe estar en 530 o 540 millones de pies cúbicos día, y Lima se ha demorado 12 años en llegar a esa meta. El 2004 terminó Camisea, acaba de terminar el 2016, es decir, 12 años se demoró Lima en llegar a ese nivel, y pretenden que la región sur pueda tener ese mismo nivel con respecto al Gasoducto del Sur. Es una meta groseramente sobreestimada.
(…)



El Comercio, editorial
Primer acto. A poco de terminar el año pasado, la presidenta del Consejo de Defensa Jurídica del Estado, Julia Príncipe, anunció en una entrevista a RPP que el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, ya tenía los nombres de los implicados en el Caso Odebrecht, en el que se investiga el pago de millonarias coimas a antiguos funcionarios del gobierno.
Pocos días después, sin embargo, y como respuesta a la presión generada sobre la fiscalía para que revele la identidad de los implicados, Sánchez tuvo que aclarar en una conferencia de prensa que, en realidad, él no tenía esos nombres hasta ese momento. Y tampoco nadie más de la fiscalía.
Segundo acto. El congresista Mauricio Mulder alertó que “todos los peruanos le seguimos pagando a Odebrecht en nuestra factura de luz”. Ello en referencia al cargo por “Afianzamiento de la seguridad energética” que efectivamente cobran las empresas eléctricas y que sirve como garantía para el gasoducto sur peruano (GSP), cuyo consorcio constructor cuenta con la participación de Odebrecht como principal accionista. En paralelo, las bancadas aprista y fujimorista presentaron sendos proyectos de ley para dejar sin efecto el cobro, mientras que congresistas de Acción Popular y Alianza por el Progreso anunciaron iniciativas similares.
Lo que no parecen estar tomando en cuenta los legisladores es que el origen del cobro cuestionado –que desde esta página hemos criticado duramente, así como el proyecto del gasoducto en su integridad– no se encuentra únicamente en la ley que lo regula y que se pretende modificar, sino también en el contrato de concesión firmado entre el Consorcio del GSP y el Estado Peruano. Y un contrato –más allá del impacto mediático buscado por los parlamentarios– no se puede modificar por una ley.
Resulta paradójico, por lo demás, la súbita indignación de congresistas como Mulder, Lourdes Alcorta y Marisol Espinoza, entre otros, por la norma que permitió el referido cobro en los recibos de electricidad, cuando ellos mismos votaron a favor de su aprobación en diciembre del 2012.
Tercer acto. La congresista de Alianza para el Progreso Marisol Espinoza sostuvo que, con el fin de recuperar los fondos de los ciudadanos y dejar de subsidiar las ganancias de Odebrecht, deberían congelarse sus cuentas. Por su parte, mediante un oficio, la también parlamentaria Yeni Vilcatoma solicitó el embargo de los bienes y el resto de activos que mantiene la constructora en nuestro país como una medida que garantice el eventual pago de una reparación civil.
La decisión sobre la oportunidad y el sustento para solicitar tales medidas (que solo pueden ser dictadas por un juez), no obstante, corresponden a la fiscalía y a la Procuraduría Anticorrupción. No al Congreso. Y flaco favor le hacen a la estrategia de los órganos de justicia, la presión política y los destemplados reclamos de los parlamentarios.
Las tres secuencias descritas conforman una obra que lamentablemente ya hemos presenciado antes. En su afán por capturar la atención de las cámaras, nuestros políticos y autoridades nos tienen acostumbrados a improvisadas afirmaciones que aparentan contundencia, pero que en realidad carecen de sustento y terminan siendo contraproducentes.
Cierto es que la corrupción de Odebrecht y demás empresas y funcionarios involucrados en el Caso Lava Jato ameritan los más categóricos repudio y sanciones previstas en la ley. Caiga quien caiga, en el sector público y en el privado y sin importar lo encumbrada de su posición. Pero para llegar a esos resultados, se requiere más prudencia y menos show.



El Comercio
Las condiciones de la vacancia
Fernando Rospigliosi
Por desgracia para la estabilidad del país, la posibilidad de vacancia presidencial ya se discute abiertamente. Dos de las tres condiciones básicas para derrocar presidentes por la vía constitucional ya están presentes. Falta, sin embargo, la tercera, que es la más importante y decisiva. (Aníbal Pérez-Liñán, “Juicio político al presidente y nueva inestabilidad política en América Latina”).
La primera es que se produzcan escándalos políticos que afecten al presidente. Esa condición existe desde el principio y de sobra.
Y ahora toca directamente a Pedro Pablo Kuczynski (PPK) el más grande caso de corrupción descubierto en los últimos tiempos, los sobornos pagados por Odebrecht a altos funcionarios públicos de los tres últimos gobiernos. PPK fue ministro de Economía y presidente del Consejo de Ministros en el gobierno de Alejandro Toledo, y el asunto puede alcanzarlo.
Como dice Augusto Álvarez Rodrich, “si ese expediente [Odebrecht] evoluciona de manera desfavorable para PPK, casi que no hay que ser muy zahorí para suponer que, entonces, el fujimorismo lo utilizaría para organizar su vacancia presidencial” (“La República”, 5.1.17).
PPK y algunos de sus seguidores, en su ingenuidad, creen que eso no es posible porque es inocente y él no recibió coimas. ¿Y eso qué tiene que ver? Lo que hace el Congreso es un juicio político y, en ciertas circunstancias, lo puede vacar aunque sea inocente.
En el caso más reciente, a Dilma Rousseff la sacaron de la presidencia acusándola de maquillar las cuentas fiscales, porque no podían probarle ningún acto de corrupción.
En el primer caso registrado en América Latina (AL), precisamente en Brasil, vacaron a Fernando Collor de Mello en 1992 (en realidad renunció poco antes de la votación) acusándolo de corrupción. Años después Collor fue absuelto por el Poder Judicial de todos los cargos.
Entiéndase bien, entonces, la culpabilidad o inocencia no es relevante a la hora que el Congreso toma la decisión.
La segunda condición para la vacancia es que haya una mayoría en el Parlamento dispuesta a hacerlo. Eso ya existe, también desde el primer día. En realidad, cuando las cosas se ponen mal para el presidente, los congresistas pasan a la oposición rápidamente. Alberto Fujimori tenía mayoría en el 2000 y los congresistas cambiaron de bando. Igual ocurrió con Dilma y con muchos otros presidentes destituidos.
Pero no bastan las dos primeras. La tercera es la más importante: que la economía vaya muy mal y que estén las masas en la calle protestando contra el gobierno y enfrentándose a las fuerzas del orden.
Por ejemplo, cuando Alan García intentó vacar a Alejandro Toledo en el 2004, tenía las dos primeras condiciones, pero le faltó la tercera
–la economía crecía y la gente estaba cansada de protestar– y no pudo cumplir su objetivo. (Ver esta columna “Cuando Alan quiso derrocar a Toledo”, “La República”, 24.2.13).
Ese es el tema fundamental, el descontento popular por la mala situación económica. Cuando hay empleo e ingresos, la población es mucho más comprensiva con la corrupción y los escándalos. Pero cuando va mal, la corrupción se vuelve intolerable.
El objetivo de la vacancia sería, obviamente, adelantar las elecciones. Hay muchísimas variantes de quién se encarga de la transición.
En síntesis, la posibilidad de una destitución del presidente es muy real. Nadie puede predecir con certeza si se concretará algún día o no. Depende de cómo se desenvuelvan los actores políticos, pero, sobre todo, del desempeño de la economía que a su vez está vinculada a factores externos incontrolables desde aquí.
Quizás en un lapso de seis meses a un año se produzca una crisis y se tensen las fuerzas a favor y en contra de la vacancia.
Contrariamente a lo que algunos sostienen, la destitución de PPK no significaría necesariamente el quiebre de la democracia, pero sí crearía un indeseable período de inestabilidad que no ayudaría a la recuperación económica.
Hay personas que creen que es preferible no hablar de los peligros y que es mejor expresar buenos deseos. En verdad yo también deseo que en el 2017 los peruanos manejemos con prudencia y respetemos las normas de tránsito, que no arrojemos basura en las playas y las calles, que el Perú vaya al Mundial, que no continúen los conflictos sociales y que no se produzcan enfrentamientos y haya estabilidad política. ¡Feliz año!



Gestión
En cooperación con los fiscales peruanos, la constructora brasileña Odebrecht nombrará funcionarios que pagaron 29 millones de dólares en sobornos entre 2005 y 2014, según Perú Reports.
La policía de Brasil dijo el año pasado que habían obtenido evidencia de sobornos pagados por Odebrecht a Ollanta Humala. Otros documentos relacionados con los Papeles de Panamá muestran que un asociado vinculado a Alejandro Toledo pudo haber recibido pagos de Odebrecht.



Peru21
El Congreso reiniciará mañana la investigación a la ejecución de cuatro proyectos del gobierno de Ollanta Humala: la línea 2 del Metro de Lima, el Gasoducto del Sur, los contratos de exportación del gas de Camisea y la modernización de la Refinería de Talara.
En total, son 180 días hábiles los que se le ha otorgado para este trabajo, de los cuales los primeros 90 días se dedicarían a la obra de transporte ferroviaria y a la del gasoducto.
En julio vence el plazo para que la comisión investigue los cuatro proyectos de Ollanta Humala.
Quienes integran el grupo son Daniel Salaverry (FP), Nelly Cuadros (FP), Edmundo del Águila (AP), Manuel Dammert (FA), Sergio Dávila (PpK), Gloria Montenegro (APP) y Jorge del Castillo (Apra).
De acuerdo con el presidente de la comisión, son más de 1.2 millones de folios que han recibido sobre estas cuatro obras que tienen que investigar.