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MEDIA COLUMNA
La espiral
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
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Venezuela por fin pareció aceptar
la realidad y devaluó su moneda, a la que disfraza de nueva. El dólar subió 24
veces. La fantasía no cesa, sin embargo. La nueva moneda, el “bolívar soberano”,
está ahora anclada al “petro”, una criptomoneda del gobierno que vale supuestamente
3.600 soberanos. La devaluación, sin embargo, alimentará la inflación. Como,
según el FMI, la inflación alcanzará el millón por ciento para fin de año, ella
arrastrará a la nueva moneda a una mayor devaluación que a su vez
retroalimentará la inflación. Es la espiral.
Al otro lado del mundo, en Turquía, la lira ha
perdido el 40% de su valor en lo que va del año y la inflación se dispara. En abierta
negación, el gobierno dice que “ellos tendrán sus dólares, pero nosotros
tenemos a nuestro Dios”. Alemania le recomienda aceptar el rescate del FMI, que
pondría a su disposición entre 30 y 70 mil millones de dólares. Turquía no
acepta. Contra todo buen consejo, el gobierno impide al banco central subir la
tasa de interés para detener la espiral. También en Rusia, el primer aliado de
Turquía hoy, el rublo ha perdido el 10 %
de su valor en semanas y la inflación y la devaluación se persiguen entre sí.
Grecia, en el otro extremo del túnel, sale de
ocho años de asistencia financiera durante los cuales recibió 289 mil millones
de euros en préstamos y tuvo que aplicar recortes fiscales sin precedentes. El
PBI se redujo en una cuarta parte, la deuda creció a 180% del PIB, más de un
millón de personas perdieron su trabajo. Grecia tendrá que someterse por
cuarenta años a las políticas a que se ha comprometido con sus salvadores. Pero
Grecia está de vuelta mientras Turquía está aún de ida en el camino de
Venezuela.
Argentina, en cambio, se ha detenido en el
umbral del túnel, todavía en tierra de nadie. Ha recurrido al FMI por un préstamo
de 50 mil millones de dólares para estabilizar su moneda que ha perdido el tercio
de su valor con una inflación que ya está en 31%. El banco central ha subido la
tasa de interés drásticamente para detener la espiral. Argentina ataca al mismo
tiempo la causa más profunda: el déficit fiscal. Hace todo lo que Turquía no
hace, y la situación no está aún bajo control.
Para Ricardo Lago, la crisis de Argentina y Turquía
es el comienzo del colapso de la burbuja global que se levantó sobre los
escombros de la de 2009 y que es resultado de lo mismo: “políticas populistas e
insostenibles: emisión monetaria por doquier sin precedentes, endeudamiento
progresivo complaciente, sobrevaluación excesiva de las bolsas…”. Hoy,
miércoles 22 agosto, el Dow Jones Industrial debe pasar los 26 mil puntos,
batiendo todos los récords.
La FED, el banco central de EEUU, está
tratando de evitar el colapso de la burbuja desinflándola de a pocos, subiendo “gradualmente”
-dice- la tasa de interés. Es insuficiente, es demasiado tarde para eso. Y
mientras lo hace está disparando el dólar globalmente lo que desata la espiral
en todas partes.
“Vivimos -dice Lago- los últimos diez a dieciocho
meses” del ciclo de expansión monetaria que se inició en junio de 2009. Le
sorprende que dure tanto. ”Este agosto estamos en el mes 110 de crecimiento
lento pero ininterrumpido; según los registros del NBER para los EE.UU., la
recuperación más larga de la historia fue la que abarcó desde marzo de 1991
hasta marzo de 2001, 120 meses”, apunta. “Esto ya no aguanta”, dice.
Tarde o temprano, lo que
tendrá que ocurrir es volver a atar al dólar a un valor fijo, como se hizo con el oro en el siglo XIX.
Mientras tanto, hay que exigirle a la FED una
mayor “gradualidad” en el alza de sus tasas de interés. Porque el dólar fuerte
no solo agrava la espiral alrededor del planeta, sino que el dinero caro frena
el crecimiento de la economía de EEUU. En esto, nuestro mejor aliado, aunque parezca
mentira, quizá sea Donald Trump.
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