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MEDIA COLUMNA
El síndrome
de abstinencia
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
Los motivos de la Sunat para obligar a los bancos a informar
de las cuentas de los ciudadanos mayores de diez mil soles no son sino los del
estatismo.
El Estado peruano ha gastado en 2020 más que nunca
antes en su historia e incrementado hasta una escala nunca antes vista su interferencia
en la vida de los ciudadanos. Les ha impedido trabajar y aun así tiene el peor
saldo en pérdida de vidas sumado al peor resultado económico.
La angurria fiscal de hoy se debe a que ve llegar el síndrome de abstinencia.
La adicción a la droga del gasto tiene su pretexto en un
déficit fiscal que ha pasado del 3% a 10 % del PBI. Y ante el hecho de que no hay
modo ya de financiarlo con endeudamiento. La deuda, que era de 27 mil millones
de dólares y no debía pasar de 30 mil, alcanza ya los 39 mil millones de
dólares.
Desde luego, lo que debería hacer el gobierno es
reducir el gasto estatal. Pero de ninguna manera piensa siquiera en esa
posibilidad. No ve otra salida que aumentar los ingresos como sea. Como no
puede aumentar los impuestos apunta a la recaudación de cualquier manera. Y
tiene como pretexto la evasión tributaria.
Por supuesto que hay evasión y que se debe ajustar las
clavijas a los evasores. Solo que este es el peor momento para intentarlo. Porque
el 80% de los evasores es informal y el Estado no los va a encontrar siquiera. Y
va entonces a apretarle el cuello a las empresas formales, las únicas a las que
alcanza, justo cuando estas tienen que comenzar a devolver en un año la deuda
que el Estado les avaló con los bancos.
Empresas y bancos están jadeando. Se les debería dar a ambos no un año sino diez para devolver los préstamos. Para eso tenemos Estado. Ese es su trabajo. Pero esto no se le pasa por la cabeza al gobierno.
Si había un juego de suma cero entre economía y salud, que todos los países resolvieron mejor o peor a su modo, ¿cómo es posible que el Estado peruano obtuviera el peor resultado en ambas cosas?
Es que lo que quiere, lo único en que piensa, es en gastar más para calmar su adicción. Necesita un largo tratamiento de desintoxicación y no lo puede admitir. Es forzosa una intervención.
Por eso el gobierno no se atreve a explicar con
claridad a los peruanos siquiera la gravedad de la situación de sus cuentas
fiscales. Porque el pueblo le pedirá explicaciones por lo que ha hecho. Y no puede
responder esa pregunta sin desnudar su adicción y su miseria.
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