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MEDIA COLUMNA
Retorno al futuro
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
Los bancos centrales
de todo el mundo están acumulando sistemáticamente reservas en oro físico. Solo
en el 2018 han comprado, se calcula, unos 27 mil millones de dólares de oro
físico, que guardan en sus bóvedas. Se
dice que, de sus 65 mil millones de dólares de reservas, el Perú tiene unos
1,500 millones en oro físico. Tiene a la mano la posibilidad de comprar. El Perú
produce oro.
Pero China e India
son los países que más reservas en oro acumulan. ¿Por qué lo hacen?
El cálculo es el
siguiente: según estimaciones, si el oro llegara a valer más de 2,000 dólares
la onza, China, cuyas reservas de oro son de 20 mil toneladas en manos del
Estado (y otras 18 mil en manos privadas), podría darle respaldo en oro a su
moneda, el yuan, cuyo circulante actual es de 7,15 billones de yuanes. Al precio del oro actual, el oro en poder
de China alcanzaría para respaldar el 70% del circulante.
Es una especulación. Pero evidentemente el
objetivo de China en el siglo XXI es que el yuan compita con el dólar en el
mercado global como moneda de cambio y como reserva de valor.
¿Piensa que eso no
puede ocurrir? Piense de nuevo. Ya ha ocurrido antes. Sucedió hace exactamente
cien años cuando, al final de la Primera Guerra Mundial, el dólar desplazó
progresivamente en el mercado mundial a la libra inglesa como moneda de cambio
y como reserva de valor. Veinticinco años después, en 1944 en Bretton Woods, después
de la Segunda Guerra, ese proceso se había completado y Keynes pudo fijar el
dólar al oro (a razón de 35 dólares la onza). Los países del nuevo orden
económico mundial fueron, digamos, “alentados” a mantener sus reservas en
dólares y abandonar el oro.
El esquema trajo 27
años de prosperidad mundial. Hasta 1971, en que Nixon rompió el vínculo con el
oro de Bretton Woods y dejó flotar al dólar a la oferta y la demanda en el
mercado. De inmediato la onza de oro pasó a valer el doble, 70 dólares, o -lo
que es lo mismo- el dólar pasó a valer la mitad. (Poco después, en represalia, los
países árabes que recibían por su petróleo dólares que ahora valían la mitad, elevaron
el precio del petróleo cuatro veces desatando la primera burbuja global, la
monstruosa inflación de los 70 que no se detendría hasta Thatcher en el Reino
Unido, Reagan en EEUU en los 80, y Fujimori diez años después en el Perú).
Casi cincuenta años
más tarde, esa misma onza de oro de 70 dólares vale hoy 1,300 dólares en el
mercado. El oro es el mismo, es el dólar el que vale veinte veces menos.
¿Qué respalda hoy el valor del dólar?
¿Qué respalda hoy el valor del dólar?
Como la respuesta no
es evidente por sí misma, los bancos centrales están retornando a guardar
reservas en oro. Si la demanda se vuelve masiva, el oro subirá de precio. La
oferta es limitada, además: se habla del agotamiento de las existencias de oro
bajo la Tierra para el año 2034. Si el precio llegara a los 2,300 dólares la
onza, estamos en el momento en que China puede anunciar que su moneda, el yuan,
tiene oficialmente el respaldo del oro que ha acumulado silenciosamente durante
veinte años en las bóvedas de su banco central.
El retorno al patrón-oro
–dentro de un esquema como el de Bretton Woods o algo similar usando bonos- probablemente
va a ocurrir tarde o temprano. La pregunta es si lo hará China con el yuan
antes de que lo haga Estados Unidos con el dólar.
Es, además, lo que la
economía mundial necesita: el modo de detener las burbujas globales e impedir
que su colapso recurrente siga causando estragos cada vez peores en la economía
mundial. La destrucción masiva de riqueza la practicaban ritualmente algunos
pueblos primitivosa, como en el potlach de los kwakiutl norteamericanos. Nosotros
no podemos seguir haciendo eso.