martes, 12 de marzo de 2019

ESTA NOCHE miércoles 6 marzo 2019




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MEDIA COLUMNA
Retorno al futuro

Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com

Los bancos centrales de todo el mundo están acumulando sistemáticamente reservas en oro físico. Solo en el 2018 han comprado, se calcula, unos 27 mil millones de dólares de oro físico, que guardan en sus bóvedas.  Se dice que, de sus 65 mil millones de dólares de reservas, el Perú tiene unos 1,500 millones en oro físico. Tiene a la mano la posibilidad de comprar. El Perú produce oro.    

Pero China e India son los países que más reservas en oro acumulan. ¿Por qué lo hacen?

El cálculo es el siguiente: según estimaciones, si el oro llegara a valer más de 2,000 dólares la onza, China, cuyas reservas de oro son de 20 mil toneladas en manos del Estado (y otras 18 mil en manos privadas), podría darle respaldo en oro a su moneda, el yuan, cuyo circulante actual es de 7,15 billones de yuanes. Al precio del oro actual, el oro en poder de China alcanzaría para respaldar el 70% del circulante.

Es una especulación. Pero evidentemente el objetivo de China en el siglo XXI es que el yuan compita con el dólar en el mercado global como moneda de cambio y como reserva de valor.

¿Piensa que eso no puede ocurrir? Piense de nuevo. Ya ha ocurrido antes. Sucedió hace exactamente cien años cuando, al final de la Primera Guerra Mundial, el dólar desplazó progresivamente en el mercado mundial a la libra inglesa como moneda de cambio y como reserva de valor. Veinticinco años después, en 1944 en Bretton Woods, después de la Segunda Guerra, ese proceso se había completado y Keynes pudo fijar el dólar al oro (a razón de 35 dólares la onza). Los países del nuevo orden económico mundial fueron, digamos, “alentados” a mantener sus reservas en dólares y abandonar el oro.

El esquema trajo 27 años de prosperidad mundial. Hasta 1971, en que Nixon rompió el vínculo con el oro de Bretton Woods y dejó flotar al dólar a la oferta y la demanda en el mercado. De inmediato la onza de oro pasó a valer el doble, 70 dólares, o -lo que es lo mismo- el dólar pasó a valer la mitad. (Poco después, en represalia, los países árabes que recibían por su petróleo dólares que ahora valían la mitad, elevaron el precio del petróleo cuatro veces desatando la primera burbuja global, la monstruosa inflación de los 70 que no se detendría hasta Thatcher en el Reino Unido, Reagan en EEUU en los 80, y Fujimori diez años después en el Perú).

Casi cincuenta años más tarde, esa misma onza de oro de 70 dólares vale hoy 1,300 dólares en el mercado. El oro es el mismo, es el dólar el que vale veinte veces menos. 

¿Qué respalda hoy el valor del dólar?

Como la respuesta no es evidente por sí misma, los bancos centrales están retornando a guardar reservas en oro. Si la demanda se vuelve masiva, el oro subirá de precio. La oferta es limitada, además: se habla del agotamiento de las existencias de oro bajo la Tierra para el año 2034. Si el precio llegara a los 2,300 dólares la onza, estamos en el momento en que China puede anunciar que su moneda, el yuan, tiene oficialmente el respaldo del oro que ha acumulado silenciosamente durante veinte años en las bóvedas de su banco central.    

El retorno al patrón-oro –dentro de un esquema como el de Bretton Woods o algo similar usando bonos- probablemente va a ocurrir tarde o temprano. La pregunta es si lo hará China con el yuan antes de que lo haga Estados Unidos con el dólar.

Es, además, lo que la economía mundial necesita: el modo de detener las burbujas globales e impedir que su colapso recurrente siga causando estragos cada vez peores en la economía mundial. La destrucción masiva de riqueza la practicaban ritualmente algunos pueblos primitivosa, como en el potlach de los kwakiutl norteamericanos. Nosotros no podemos seguir haciendo eso.     

 


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