jueves, 14 de marzo de 2019

ESTA NOCHE lunes 11 marzo 2019



ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.


MEDIA COLUMNA
El aire del crimen

Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com

Arthur Rimbaud escribió en la segunda mitad del siglo XIX, en Una temporada en el infierno, unos versos proféticos desde la mirada del siglo XXI.

“Una noche senté a la belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga y la injurié… Me revolqué en el fango de todos los vicios, me sequé con el aire del crimen”. Le apodaron “l´enfant terrible”. Tenía 19 años. Este entumecimiento del espíritu estuvo detrás también de los crímenes de guerra de la primera mitad del siglo XX. Hanna Arendt le llamó la banalización del mal.

Hoy ha alcanzado escala global, se ha contagiado al crimen urbano, a la violencia doméstica, a la discriminación contra las minorías. Ha ingresado a las estadísticas. La banalización de la violencia, de la corrupción, del crimen, están de moda. No se trata de mera indiferencia del espectador. Es indolencia del perpetrador, que no siente porque no tiene juicio, y justifica el crimen con banalidades. La culpa, si la hay, es de la víctima.

La otra cara de esa insensibilidad patológica ante el mundo real es el sentimentalismo desbocado en la realidad virtual, en los medios. “Siento, luego existo” debería ser el lema de la cultura del siglo XXI, parafraseando a Descartes. Si uno no “siente”, la realidad no existe, la víctima no existe. El aire del crimen seca.

Este parece ser el conflicto fundamental del siglo XXI, y no sus contradicciones secundarias. Esas son solo las de uso común, las que expresan el malestar y son solo un síntoma. “Clivajes” menores -contradicciones “secundariuchas” diría un limeñismo- son nuestras pequeñas, anticuadas disputas domésticas de derecha e izquierda u oficialismo y oposición. Como artificial es el forcejeo teatral entre políticos y sindicalistas que se oponen a reformar una economía para que alcance a todos, y empresarios que por años robaron al Estado con la conciencia tranquila porque el Estado robaba también. Prevalece el miedo a perder privilegios que alcanzan a muy pocos y que ambos defienden ferozmente, con la cara dura y mentiras sin escrúpulos. La banalidad del mal es el signo.

No nos engañemos, no somos independientes de esta contradicción fundamental del siglo XXI. Independiente es solo el que no sabe dónde está parado. Y no podemos pontificar sobre ética y tolerancia en este estercolero. Es una ingenuidad o una crueldad. Si no está a nuestro alcance absolver la contradicción fundamental de la cultura del siglo XXI, esa será la tarea de las generaciones que siguen en este u otro siglo. Un día reconocerán el marco que puede resolverla y verán entonces que siempre estuvo allí. Es la dialéctica de la historia.


La opinión en MEDIA COLUMNA representa exclusivamente a su autor. Usted puede reenviar y publicar libre y
gratuitamente cualquier MEDIA COLUMNA tomándola de este correo o de
jorgemorelli.blogspot.com


REPORTE DE NOTICIAS
Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican
sólo como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario