MEDIA COLUMNA
Palos a ciegas
Jorge Morelli
jorgemorelli1
De pronto la noticia es que una ONG anuncia que
un banco noruego retira su inversión de una empresa peruana porque considera
que la empresa violó los derechos territoriales de una comunidad.
¿Cómo una empresa peruana aparece como sospechosa a los ojos de un banco extranjero que, a través de una ONG, pone en tela de juicio su credibilidad?
¿Cómo una empresa peruana aparece como sospechosa a los ojos de un banco extranjero que, a través de una ONG, pone en tela de juicio su credibilidad?
El hecho es que la empresa no es acusada por el
banco ni por la ONG. Lo es un proveedor independiente, a quien la empresa le
compra.
La comunidad reclama para sí las tierras de ese
proveedor como parte de su territorio ancestral. Presentó su queja con la
asesoría de cuatro ONG, dos locales dos extranjeras. Una de ellas afirma que la
comunidad le habría pedido a la empresa que
retire al intermediario en cuestión de su cadena de producción.
Según la ONG, la comunidad
habría presentado evidencia de que la empresa no cumple con “estándares
mínimos” del banco para las empresas. Según la ONG, nuevamente, el banco dice
haber dasd “seguimiento”
a la manera en que la empresa “manejó el riesgo de deforestación y derechos
humanos en sus cadenas de suministro”.
Desde luego, el banco está en
el derecho de retirar su inversión de una empresa si el contrato así lo
permite. Y la ONG está en el derecho también de hacer pública la decisión del
banco.
Vivimos hoy en un mundo en que la sospecha es la nueva “normalidad”.
Por lo mismo, es imposible ya
pasar juicio por anticipado basados en la credibilidad de las partes.
Cualquiera de ellas. Eso es dar palos a ciegas.
La duda debe aplicarse entonces de
manera sistemática a todas las partes involucradas por igual. Los cinco actores
-el banco, la empresa, el proveedor, la comunidad y la ONG- necesitan aclarar
públicamente cuál es exactamente el interés que defienden.
Y tendrán que hacerlo ahora ante
el Tribunal Constitucional y la opinión pública.