sábado, 13 de agosto de 2016

ESTA NOCHE sábado 13 agosto 2016




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MEDIA COLUMNA
Un despertador para PPK  


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
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El ministro de Economía, Alfredo Thorne, culpa al gobierno anterior de haber llevado al país a un déficit fiscal de tres por ciento del PBI –son siete mil millones de dólares-, y de haberse gastado ya todo ese dinero por adelantado en sus programas sociales y en contratar a miles de personas en el Estado.

No hace falta que el Ministro eche las culpas. El humalismo la tien, todos lo sabemos de sobra. Pero primero resuelve el problema y después busca al culpable, reza un proverbio japonés. No es la chamba del Ministro andar señalando al culpable, sino asumir lo que, mejor o peor, le ha tocado en suerte administrar. Su problema es cómo resolver el estropicio que ha dejado Humala. El resto es silencio.

Al respecto hay dos caminos, el del sinceramiento y el del autoengaño. El Ministro ha optado por el autoengaño. Y lo está disfrazando de sinceramiento. Pide ahora, además, que todos lo acompañen en su autoengaño. Como si hubiéramos nacido ayer. Al parecer, el que ha nacido ayer es él.

La ley no le permite al gobierno tener un déficit mayor de uno por ciento del PBI sino por un corto plazo. Es una lección que costó mucho aprender. El programa que le dejaron, y que él asumió como compromiso, era reducir el déficit –que ya es de 3.2% del PBI a mediados de año- a 1.8% en 2017. Ya no lo va a cumplir.

Ahora aduce que se le quiso imponer bajarlo a 1.8 y ofrece 2.5 por ciento para 2017 –lo que tampoco podrá cumplir-, y volver a un déficit de uno por ciento para 2021, al final del gobierno.

El Ministro pide entonces que el Congreso le cambie la ley para permitirle mantener un déficit fiscal permanente hasta 2021. Todo para sobrevivir gastando lo que no se tiene, como el ridículo hijodalgo del Lazarillo de Tormes.

Ofrece cumplir la ley en el 2021 y, como no puede cumplirla ahora, que el Congreso se la cambie. Pide una ley a la medida de lo que le conviene al gobierno. Eso no es gobernar, es patear para adelante los problemas que no se atreve a enfrentar, que no quiere ver. Es la definición misma de la demagogia. 

El otro camino, espinoso, cuesta arriba para PPK –en este caso, que es quine debería tomar el timón de la conomía- es decirle la verdad completa al pueblo peruano, no a medias. Decirle que, al asumir el gobierno, ha encontrado una situación inmanejable que no había previsto en toda su magnitud, y que, en vez de grandes saltos hacia el desarrollo, le ha tocado en suerte administrar un gobierno austero, disciplinado y aburrido. Porque eso es lo que se necesita ahora para que, solo después, el país pueda salir adelante.

Pero de esto nada. PPK no tiene la menor intención de reducir el déficit fiscal. Lejos de subir impuestos, habla de bajarlo. Terminará endeudando masivamente al Perú para cubrir el déficit. Y el país luego no podrá pagar la deuda.

PPK ha sido un economista y un profesional serio. El país espera de él un plan económico real, por duro que sea. No un placebo edulcorante, una verdad a medias, un engaño disfrazado. Un verdadero estadista tiene que reconocer el tiempo que le ha tocado gobernar.

Lo que PPK ha encontrado en lo que Humala le deja, desgraciadamente, debería haberlo despertado ya del sueño. Y, para asegurarse de eso, debería renunciar el ministro Thorne si falta hiciera.



REPORTE DE NOTICIAS en Internet
 Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican sólo como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.



LIBERTAD ECONOMICA, GLOBALIZACION, REFORMAS, INVERSION



Expreso
El premier Fernando Zavala y su gabinete ministerial se presentarán la próxima semana ante el Congreso para exponer los lineamientos de su plan de trabajo y solicitar el voto de confianza. EXPRESO quiere adelantarse a ese debate aportando un pensamiento económico distinto al del gobierno y presenta en esta edición a un grupo de trabajo que continuará en el tiempo para someter a debate las distintas medidas económicas que vaya tomando el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski.

Los invitados son cuatro amigos de esta casa editora: Ismael Benavides Ferreyros, exministro de Economía (2010-2011); Jorge Baca Campodónico, también extitular de la mencionada cartera (1998-1999); Carlos Adrianzén, decano de la Facultad de Economía de la UPC; y Jorge Peschiera, exnegociador de la deuda externa del Perú.
El tema de hoy es la propuesta del Gobierno de reducir el Impuesto General a las Ventas (IGV), bajo el argumento de que ello contribuirá a reducir la informalidad en el Perú. Nadie discute que esto último es necesario, sin embargo, ¿es imprescindible para ello bajar en hasta 3 puntos porcentuales el IGV? Preguntamos al grupo sobre el tema y estas son sus repuestas:
ISMAEL BENAVIDES: Quisiera compartir algunas experiencias personales con relación al IGV. Es un impuesto al valor agregado al que en el Perú se le mantuvo el nombre de IGV porque era el impuesto directo a las ventas que existía antes del año 82. Ese año, con Manuel Ulloa Elías como primer ministro y ministro de Economía, me tocó implementar el IGV con una tasa del 14%, en medio de grandes discusiones sobre exoneraciones y sobre si era aplicable a todas las partidas arancelarias, y si deberían estar afectos o no los alimentos y las medicinas. Al año siguiente tuvimos la crisis del Niño encima de la crisis de la deuda latinoamericana. Ese año, si mal no recuerdo, el déficit fiscal era del orden del 13 por ciento del PBI, monstruoso. El hecho es que la recaudación, en vez de aumentar gracias al IGV, se cayó como un plomo.
Mi segunda experiencia al respecto, siendo ministro de Economía en 2011, fue bajar el IGV que había sido elevado de 18 a 19 por ciento en el gobierno de Toledo –donde Pedro Pablo Kuczynski fue premier, ministro de Economía y conspicuo miembro–. Nuestra decisión fue bajar el IGV de 19 a 18 por ciento porque teníamos un importante superávit fiscal, del orden del 2.6 al 3 por ciento del PBI. Hubo un alza de precios del petróleo, que llegaba a los 140 dólares barril. Decidimos, en vez de continuar llenando las arcas fiscales, bajar el IGV para compartirlo con el pueblo. Sin intención de formalizar. El resultado fue que la recaudación siguió creciendo fuertemente.
Lo que trato de decir es que la recaudación del IGV se mueve en relación con la economía. Si la economía va mal, la recaudación del IGV cae. No hay ninguna prueba, en cambio, de que exista una relación entre la reducción del IGV y la formalización, que es la discusión de hoy.
EXPRESO: Jorge Baca Campodónico escribió este último domingo un artículo al respecto, titulado “Tasa del IGV e informalidad”. Quiero pedirle que resuma la idea central.
JORGE BACA: Quisiera ser breve respecto del artículo que, a fin de cuentas ya está publicado. Tiene que ver con la posible relación entre el IGV y la informalidad laboral. Se trata de la relación entre la tasa del IGV y la informalidad laboral definida como los trabajadores que no pagan contribuciones sociales (como a Essalud).
Para el IGV, utilicé la tasa efectiva y no la tasa legal. La tasa efectiva depende de otras decisiones de política económica, como las exoneraciones y los regímenes especiales que existen, pero la tasa efectiva es la que usan los agentes económicos para tomar la decisión de ser formal o informal. En el artículo traduje este estudio econométrico en gráficos, y resulta que no hay relación entre la informalidad laboral y la tasa del IGV. Inclusive, la relación hasta sale en términos inversos. Econométricamente hablando, no existe relación, sino independencia entre ambas cosas.
El artículo, luego, trata de identificar qué otras variables son relevantes para la formalización, ya que la tasa del IGV no lo es. Lo que aparece –no solo en el caso peruano sino en otros países– es que lo importante es la productividad. Más exactamente, entre la productividad y la informalidad laboral sí hay relación. Cuando la productividad aumenta, la informalidad
disminuye.
EXPRESO: En suma, la experiencia de Ismael Benavides y el estudio econométrico de Jorge Baca concluyen que no existe relación entre la reducción del IGV y la formalización. El gobierno de PPK cree que, si reduce la tasa del IGV, va a obtener mayor formalización laboral, pero la formalización avanza o retrocede dependiendo no del IGV, sino de la productividad laboral, y esta quizás del crecimiento de la economía. Quiero pedirle a Carlos Adrianzén su opinión.
CARLOS ADRIANZÉN: El gobierno, al parecer, no se refiere a informalidad laboral, sino a informalidad tributaria, basado en encuestas de la Cámara de Comercio. La realidad, sin embargo, es que hubo desde un principio tantas exoneraciones que no recaudábamos ni un vueltito. Debía recaudar originalmente 14 % del PBI y no recaudaba ni cuatro.
Por eso, la labor de la mayor parte de los tecnócratas que pasaron por el MEF ha sido reducir esas exoneraciones. Lo que pasó el 2011, cuando Ismael Benavides se atrevió a bajar una tasa que no había parado de subir hasta llegar al ridículo 19 %, es que tampoco con esa tasa el IGV recaudaba más de cuatro puntos.
EXPRESO: Esto muestra que la recaudación, con las reglas vigentes, no depende de la tasa del IGV, sino del crecimiento de la economía y de la productividad.
CARLOS ADRIANZÉN.- Hay mucho de ilusión en el efecto reactivador de bajar la tasa. A mí en lo personal me fascina toda reducción de impuestos, soy partidario febril de ello. Pero la única exoneración que me gusta es la exoneración a todos. Lo que tenemos ahora es la ilusión de que bajar un punto del IGV va a hacer que la informalidad cambie favorablemente, y eso es bastante iluso.
Lo que me llama la atención es que estamos discutiendo este tema y vamos a emitir bonos para afrontar gastos, en un contexto en que la recaudación de todos los impuestos está cayendo. Con el consorte de la señora Nadine, la recaudación tiene más de dos años cayendo.
EXPRESO: Todo indica que el diagnóstico que hacen los médicos del gobierno sobre la enfermedad de la economía está pisando en falso y puede recomendar un mal remedio. Estas situaciones han ocurrido antes en el Perú y han desembocado en un endeudamiento masivo que después el país no puede pagar. Nadie conoce mejor esas experiencias que Jorge Peschiera, quien negoció la deuda externa del Perú a mediados de la década de los 90 y le ahorró al Perú miles de millones de dólares. Quiero pedirle su opinión.
JORGE PESCHIERA: Quizás lo que más ayude a esta reunión sea mi experiencia diaria en el sector calzado. Es un sector con gran porcentaje de informalidad, que absorbe mucha mano de obra y soporta una enorme competencia desleal de las importaciones.
Entiendo que hay dos maneras de definir la informalidad. Una es la informalidad laboral. Según los gráficos de Jorge Baca, ha bajado del 2004 a hoy de 88 a 73 por ciento. Se ha reducido, pero sigue siendo elevadísima. Otra definición, mencionada por Carlos Adrianzén, es la de la informalidad en el cobro del IGV. Tiene dos componentes: uno es la de las exoneraciones y regímenes especiales –como en áreas del sector educación y en regiones que no pagan IGV, como la selva–. Esto reduce la capacidad del Estado de cobrar 18 % de IGV. El otro componente es el de los que no quieren pagar.
La informalidad, en términos de la efectividad del IGV, ha subido de 6.8 a 8.8 por ciento y ahora está en 8.4 por ciento. De 18 por ciento que se debería cobrar, se cobra 8. Parte de eso es por las exoneraciones y parte por la gente que no quiere pagar. ¿Qué tiene que ver con todo eso la tasa del impuesto? Como se ha mencionado, ninguna evidencia estadística apunta en esa dirección.
En el sector calzado, la mayor parte de los comerciantes son pequeños y ya tienen la opción de un régimen especial como el RUS, que paga entre 2 y 3 por ciento en promedio como impuesto sobre el valor de su venta. No sobre el valor agregado, sino sobre el valor de su venta. Con eso cubren IGV y renta, es decir, un impuesto conjunto en paquete, que cubre todo lo que tiene que pagar por IGV y todo lo que debe pagar por impuesto a la renta.
Pero, ¿qué ocurre? No quieren ser formales. No quieren ni siquiera el RUS. Algunos de mis clientes mayoristas tienen el problema de que la gente a quien le venden no quiere ningún documento. No quiere nada. El problema de mis clientes es a nombre de quién hacen las boletas. Esas personas no quieren enfrentarse a la SUNAT, a la formalización. No tienen tiempo, no tienen conocimiento, no tienen quién los asesore, no confían. Son factores que no tienen nada que ver con la tasa del impuesto. Si quisieran ser formales, podrían pagar el RUS, que cubre todos los impuestos. El tema es, pues, más complicado de lo que asume la sobre simplificación del gobierno de que vamos a reducir la informalidad si bajamos la tasa del IGV. Esa es mi experiencia.

 

NOTA DEL EDITOR: Ismael Benavides, Jorge Baca Campodónico, Carlos Adrianzén y Jorge Peschiera forman un grupo de pensamiento alternativo al del Gobierno, que someterá a examen riguroso todas sus iniciativas en materia económica.

Próximamente publicaremos la segunda parte de esta primera reunión sobre la reducción del IGV y la informalidad. Si usted desea ver el video completo lo hallará en la página web de EXPRESO www.expreso.com.pe

En la siguiente reunión del grupo económico de EXPRESO se tratará el tema del déficit fiscal y el endeudamiento.




Correo
La administración del presidente Pedro Pablo Kuczynskitendrá que hilar muy fino con las cuentas fiscales para cumplir con los compromisos contraídos con el país, considerando que el gobierno de Ollanta Humala le dejó poco espacio para gastar.
En ese sentido, el ministro de Economía y Finanzas (MEF),Alfredo Thorne, señaló que el gobierno anterior gastó más de lo que se esperaba al punto que dejó un déficit fiscal (más gasto que ingresos) de 3.2% al término de su mandato.
 “Hay que reconocer que hoy la cifra que tenemos del déficit es de 3.2%, la que nosotros estamos encontrando. Entonces, nosotros tendríamos que llevar el déficit de 3.2% a 2.5% en el 2017 (...). Lo que se pretendía es que este ajuste sea mayor, que en vez de que baje a 2.5 lo bajemos a 1.8; esto es lo que nos quería atribuir. Pero consideramos que ese compromiso es exagerado. La diferencia entre el 1.8, que es lo que tenía la administración anterior, con el 2.5% que estamos proponiendo, más o menos nos da 5 mil millones de soles adicionales de gasto”, señaló puntualmente.
El alto gasto de la administración Humala, según dijo Thorneen conferencia de prensa en Palacio de Gobierno, obliga alGobierno ajustar las cifras de déficit fiscal para poder tener más capacidad de gasto.
PL al Congreso. Es así que en el Consejo de Ministros, en su sesión de ayer, se aprobó enviar un proyecto de ley (PL) que modifique la Ley de Fortalecimiento Fiscal, y permita a la gestión Kuczynski tener una mayor disponibilidad de recursos.
El PL propone modificar la meta de déficit fiscal de 1.8% (planteado por la administración anterior) para el 2017, a 2.5%, de tal forma que el Gobierno Kuczynski pueda disponer de S/5 mil millones adicionales y cumplir con los compromisos asumidos con el país.
Esos S/5 mil millones adicionales que busca tener el actual gobierno serán incorporados en el Presupuesto Nacionalcorrespondiente al 2017.
Recomendación. Thorne explicó que seguir la recomendación del gobierno de Humala implicaría reducir el déficit fiscal, es decir, gastar menos. “Esperemos que quede en 3% (este 2016); pues, la administración anterior previó que sería de 2.5%; es decir, ha habido más gasto de la gestión anterior”, comentó.
“Una vez que se apruebe esa ley en el Congreso, nosotros vamos a elaborar el Presupuesto con la meta (de un déficit fiscal) de 2.5% (para el 2017)”, precisó al indicar que el Gobierno del presidente Kuczynski reducirá el déficit fiscal de forma gradual hasta llegar al 1% en el 2021, y no de forma brusca como planteó la gestión Humala.
Thorne indicó que el mayor gasto estará centrado en 4 prioridades: crear un fondo para llevar agua y saneamiento a todos los peruanos, el aumento de la salarios para los maestros e inversión en seguridad ciudadana y salud.
Gasto social. Según Rafael Zacnich, economista jefe de laSociedad de Comercio Exterior (Comex Perú), en una publicación de este gremio empresarial, apelando a las cifras del MEF (gestión Humala), en 2011, el gasto en asistencia social del gobierno nacional fue de unos S/1797 millones, año cuando la pobreza se redujo en 3 puntos porcentuales.
Mientras que en el 2015 se destinó S/3994 millones, pero con una reducción de la pobreza de 0.9 puntos.
Zacnich señala que un mayor gasto en programas sociales en el gobierno anterior no se tradujo en un mayor impacto en la reducción de la pobreza.
Es más, refirió que lo más grave es que, “con tal nivel de gasto (social), estamos peor en algunos indicadores. Por ejemplo, la anemia infantil aumentó del 41.6% en 2011 al 43.5% en 2015”.
Al respecto, el excongresista nacionalistaDaniel Abugattás advirtió que es “preocupante” que, antes de salir de funciones, el exministro de Economía Alonso Segurano haya dado a conocer las cifras reales en las que se encontraba el déficit fiscal.
“Para mí resultaría más preocupante que nos han estado jugando con las cifras, en ningún momento el ministro Segura ha reconocido que el déficit fiscal se ha desbocado. Si eso es cierto, tengo el mayor de los respetos por la capacidad técnica de (Alfredo) Thorne, van a aparecer muchas bombas de tiempo en cuanto a las cifras. Lo cual es un obstáculo para el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski. Esto tendrá que ser aclarado”, consideró.
En esa línea, expresó que los números del fisco serían el resultado de las presuntas irregularidades que se habrían cometido en compras y concesiones durante el gobierno de Ollanta Humala, entre ellas la adquisición de los patrulleros del Ministerio del Interior y la construcción de la Línea 2 del Metro de Lima.
“Tengo entendido que ha habido mucha compra suntuosa de último momento, el escándalo de los patrulleros. Hay que revisar bien qué ha ocurrido en las compras de Estado a Estado, sí han habido compras de último momento, contrataciones de último momento, los adelantos de la Línea 2 del Metro, el gasto excepcional en la línea 1. Lo que habría que hacer es tener acceso a los ministerios y ver cuánto ha girado el Ministerio de Economía y Finanzas, es la parte que ahora le toca al ministro Thorne”, subrayó.
Cuestionó los millonarios gastos que la administración  Humala hizo en publicidad, afirmando que “ha sido más que evidente la ‘farra’ que ha habido en gastos publicitarios, solamente en el primer semestre 300 millones de soles”, concluyó.
Por su parte, la exviceministra de Economía Patricia Toullet opinó que la meta de gasto e ingresos (déficit fiscal) impuesta por la gestión anterior no se habría cumplido porque no hubo asignación eficiente de gasto y por los escándalos de corrupción que se dieron durante los últimos cinco años.
“No ha habido una asignación eficiente del gasto, segundo hemos sabido de muchos escándalos de corrupción en la forma que se ha asignado este gasto que ocurre cuando se tienen los controles suficientes. Por otro lado, las transferencias (para los beneficios sociales), el regalar dinero no permite salir de la pobreza de manera sostenida”, refirió.



El Comercio
Columna de Melvin Escudero
(…)
El ministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, anunció está semana que el déficit será de alrededor de 3% del PBI este año y que el próximo se reduciría a 2,5%, y así sucesivamente, para que el 2021 sea de 1%. Sin embargo, muchos apuntan que lograrlo no será nada fácil y, por el contrario, hay razones que pueden complicar los números futuros.
La preocupación proviene de que la bajada del IGV en un punto porcentual junto a la reestructuración de la estructura tributaria (con exoneraciones y ventajas orientadas a las personas y pequeñas empresas) y la ampliación del gasto para mayor inversión pública en educación, salud, seguridad, agua y desagüe e infraestructura podría mantener el déficit fiscal en los niveles actuales o incluso aumentarlo.
Estos déficit se tienen que financiar con más emisiones de bonos…

(…)

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