sábado, 26 de agosto de 2017

ESTA NOCHE sábado 26 agosto 2017


ESTA NOCHE, donde usted se entera no de todo lo que ocurre, sino de lo que necesita saber.

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MEDIA COLUMNA
Al otro lado del túnel


Jorge Morelli
@jorgemorelli1 
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La interpelación de la ministra Martens no es solo inoportuna. Es simplemente inútil, porque su renuncia es inminente una vez concluida la huelga.  

El gobierno ha cortado la huelga como un salame, por tajadas. Primero pactó con el Sutep oficial de Patria Roja , luego con los sindicatos del Cusco y de otras regiones. Hasta que finalmente solo quedó el dirigente Pedro Castillo en su torre. Como no ha escuchado razones y ha pretendido manipular a la opinión públicas con pretextos pueriles, su intransigencia ha quedado en evidencia no solo ante la opinión pública en general, sino ante los maestros. Y también ante sus propios mentores filo senderistas, quienes ya le ordenan parar la huelga, porque han quedado expuestos.

Castillo debió cerrar el acuerdo en su momento. Perdió la oportunidad. El tiempo corre ahora en contra suya. Hartos los padres de familia y cansados los maestros de tantos días de inútil espera, la huelga ya pesa demasiado y -como pronosticara el dirigente sutepista Rolando Breña Pantoja- se ha “desflecado”.

Resta, sin embargo, darle un final justo a la huelga del magisterio. Y aquí es necesario distinguir ciudadosamente, de un lado, lo que es justo para el maestro y, de otro, lo que es justo para el país, que necesita reformar la educación.

En el centro del escenario está el miedo al despido. Y esto se halla asociado al temor de la presunta manipulación de las evaluaciones de las que los maestros desconfían –digámoslo crudamente- porque están convencidos de que no son para evaluarlos sino para despedirlos.

Porque, en efecto, desde el punto de vista de lo que es justo para el país, hacen falta las plazas que actualmente ocupan los menos calificados para dárselas a nuevos maestros mejor calificados. En eso consiste la meritocracia.

Nadie –ni siquiera Castillo- discute la necesidad de la evaluación y la capacitación previa. Es lo justo para el país. Pero el debate ha derivado luego hacia la cuestión de cuántas evaluaciones son las justas para el maestro. Y se ha colocado en tres evaluaciones la línea divisoria de lo que sería justo para el país, como si esta fuera la médula del problema.

Desde el punto de vista del maestro, sin embargo, ¿cuántas evaluaciones serían las justas? Luego de tres o más, algo nuevo habrá aprendido y puede aprobar la evaluación. Alternativamente, aburrido de intentarlo, puede acogerse a la jubilación temprana que el gobierno le ofrece ahora y dedicar su tiempo a otra cosa menos frustrante y más productiva para su familia.

Si la dirigencia no lo acepta, sin embargo, ¿el país va a hacérselo tragar a punta de gas lacrimógeno? Un país decidido a reformar seriamente su educación pública, ¿no puede acaso crear las nuevas plazas que hagan falta sin tener que despedir previamente al maestro menos calificado? Este es un asunto de números. La jubilación es solo para los que tienen 55 años. A los restantes, ¿es imposible acaso adelantarles un año de sueldo a cambio de su renuncia? Esto no es injusto para el país, porque el maestro no tiene la culpa de que se lo nombrara en un puesto con estabilidad absoluta sin estar calificado, y se le permitiera permanecer indefinidamente en él dentro de un sistema corrupto sin evaluación ni mérito.

Esto es lo que hizo el país, por mucho que hoy estorbe la reforma. ¿Invertir en evitar un despido traumático para hacer viable la reforma es demasiado? ¿En qué universo paralelo es mejor, en vez de eso, incubar el miedo al despido, desatar el pánico y generar una huelga devastadora como la que hemos visto, donde los maestros y el país hemos perdido no solo millones, sino la oportunidad de recuperar la confianza de unos en otros?

Hoy es el momento de hallar una solución no solo principista sino práctica a este gigantesco despropósito que hemos tolerdado por décadas. Es hora de dejar atrás la visión de túnel, pensar fuera de la caja y salir a la luz del día.  


REPORTE DE NOTICIAS en Internet
-Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican
sólo como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.



GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA



Expreso
Sondeo de la página web de EXPRESO
Sobre 1,707 votos a las 3:25 pm del sábado 26 ago 2017
Pregunta:
¿Considera una falta de respeto a la investidura presidencial que el congresista Héctor Becerril haya dicho que Pedro Pablo Kuczynski es un “ausente mental”?
Respuesta:
Si   71%  (1,214 votos)
No  29% (493 votos)



Expreso
Una grave falta de respeto a la figura presidencial cometió el portavoz alterno de Fuerza Popular, Héctor Becerril, cuando acusó a Pedro Pablo Kuczynski de estar “ausente mentalmente” y no gobernar el país, “por lo que da igual si se encuentra de viaje o no”, en momentos en que se debatía el permiso para que el jefe de Estado efectúe una gira a Estados Unidos y al Vaticano.
Las declaraciones del fujimorista, quien es conocido por sus exabruptos verbales, fueron rechazadas por varias bancadas, que criticaron los adjetivos calificativos en contra del mandatario. “Tenemos un Presidente a medio tiempo, tres horas está por el Palacio, luego está en otras actividades. Tenemos un Presidente no solo ausente, sino un presidente también ausente mentalmente”, afirmó Becerril durante su participación en el debate.
“A todos nos consta el mal manejo que ha realizado no solo la ministra [Marilú Martens] sino también el Presidente, que en su momento interfirió en el diálogo con los maestros; pero colegas, pregunto yo, ¿qué hace el Presidente acá en el país? ¿Gobierna? Obviamente que no gobierna”, se respondió.
El vocero de la bancada de Peruanos por el Kambio (PpK), Vicente Zevallos, declaró que “expresamos nuestro profundo rechazo como bancada a los adjetivos calificativos que expresa de manera reiterativa uno de los voceros. Me refiero a Héctor Becerril, que ha tenido el atrevimiento de adjetivar la conducta del señor Presidente”, afirmó.
Carlos Bruce consideró una afrenta al mandatario las declaraciones de Becerril. “Es un comentario que no ayuda al país, al contrario, si los dirigentes políticos nos vamos a expresar en esos términos, vamos a empeorar aún más la situación”, indicó. Le pidió al fujimorismo discrepar con altura y no adjetivar a los políticos, y con mayor razón al mandatario de la Nación, ya que ese tipo de conductas crean un clima de mayor crispación.



Expreso
Nancy Miller entrevista a Hernando de Soto
El presidente Pedro Pablo Kuczynski y Alberto Fujimori requieren de una dosis de coraje para entender que la informalidad necesita de la visión de un jefe de Estado que diga: “ahora me toca tender a mí la paz” a un exmandatario que ganó la guerra contra la subversión y el terrorismo, como lo cree un 50 % de los peruanos. Así lo señaló a EXPRESO el reconocido economista Hernando de Soto.
En ese sentido, dijo que el indulto a Alberto Fujimori no debe parecer solo como la decisión de un carcelero débil [Kuczynski] respecto a un criminal perdonado; por el contrario, tiene que significar el cierre definitivo de una guerra, que si bien fue ganada hace más de 25 años, todavía está latente.
Pero, por qué es tan importante que ambos líderes tengan un punto de encuentro, preguntamos. Ante ello, De Soto dijo que es necesario decirle al país que el trasfondo de lo que está ocurriendo hoy (huelga de maestros, marchas de trabajadores, paro en algunos proyectos mineros, las inversiones que no llegan) se debe a que hay un renacimiento de ese país que está frustrado con esta modernidad, porque ve que solo le alcanza a unos cuantos y no tanto a otros.
“Evidentemente la huelga de los maestros y el hecho de que se ha identificado fuerzas subversivas dentro de ella, y que se está viendo ahora que están en todas partes, va a permitir escoger prioridades. Si uno logra esclarecer dónde está el problema, entonces en ese momento el país se va a dar cuenta qué caminos hay que escoger”, indicó.
En ese estado de las cosas, el economista de fama mundial dijo que se debe aprovechar que el presidente Kuczynski ha dicho que está considerando la citada gracia presidencial. “Pero no que sea un indulto que parezca una decisión de un carcelero débil, sino que evaluemos qué hemos hecho en los últimos 25 años para saber hacia dónde vamos a ir y por qué hemos perdido el norte”.
Explicó que esa es la razón por la cual plantea que en lugar de ver problemas en el tema de la libertad del expresidente, este sea percibido como un símbolo. “Es decir, que se comience a comprender que muchos de nuestros problemas nacen de una guerra incompleta”, precisó.
De Soto comparó el eventual entendimiento entre PPK y Alberto Fujimori con lo ocurrido en 1984 en el cementerio de Consenvoye, en el noreste de Francia, durante el homenaje a los caídos en la batalla de Verdún de la Primera Guerra Mundial. Fue allí cuando el entonces presidente de Francia, François Mitterrand, y el canciller alemán, Helmut Kohl, se tomaron de la mano dando un mensaje para cerrar definitivamente las cicatrices de la conflagración.
“Ni Mitterrand había peleado en la guerra ni Kohl había estado en el lado nazi; pero en ese momento simbolizaban las dos partes del todo y necesitaban juntarse para indicar que había que mirar las cosas hacía el futuro, por supuesto, con la justicia; pero que no se iban a estar otros 40 años en juicios que no tengan sentido”, explicó.
Al preguntársele si PPK y Fujimori deberían darse la mano como lo hicieron Mitterrand y Kohl, De Soto respondió que no ve motivo para que ello no suceda. “Es como si en una pelea se logra conciliar a los mayores peleadores, eso significa que agarró a los que estaban enfrentados equivocadamente”, dijo.
Añadió que allí se tiene a una persona que es Fujimori, que ganó la guerra y que utilizó buenas estrategias, pero también incurrió en varios errores. Y, por otro lado, se tiene un nuevo presidente “que no estuvo acá y probablemente estaba en Estados Unidos, con su pasaporte americano y se quedó allá”. Esto representa una buena parte de los peruanos que no vieron cómo fue la guerra.
Sin embargo, advirtió que para lograr ese punto de encuentro PPK y Fujimori “van a tener que tragar saliva”, en la medida en que al exmandatario le falta vencer la arrogancia y reconocer que ganó la guerra con el apoyo de muchos peruanos, mientras que Kuczynski tiene que plantarse y decir que ahora le toca a él sentar la paz porque no es posible que la guerra entre los peruanos esté durando más que la lid contra Sendero Luminoso.
En el caso del Perú, ganó su guerra con una valentía que no han tenido los colombianos, porque se fueron a negociar afuera, a Cuba, pero en nuestro caso no hemos sabido cerrarla, agregó el autor de El Otro Sendero.
“Si en este momento se encuentra una forma y los símbolos apropiados para cerrar la guerra, comencemos a decir desde una altura política: ‘estos son hoy día los acuerdos de la Nación suscritos y en los cuales cree el 95 % de la población; y nos dedicamos a ver que hacemos todos juntos para que esto se comience a arreglar’”.
De acuerdo a ello, precisó, ambos líderes políticos deben ver cuál es el verdadero enemigo. “El terrorismo y la informalidad son la misma cosa porque los dos expresan la rebeldía contra el sistema legal existente. Uno asesinando y los otros creando su propio mundo”, agregó.
¿Y por qué el entendimiento tiene que ser con Fujimori? Insistimos, a lo que De Soto respondió que hay un 50 % de peruanos que cree que él terminó la guerra y curó la economía. “Creo que tienen razón. Ese balance hay que hacerlo porque ya es tiempo”, sentenció.
Hernando de Soto dijo que para entender la razón de los problemas que afectan al país es necesario tener en cuenta que en el Perú existe un 70 % de personas que no están dentro de la ley. Ello significa que las normas que emite el Congreso y las decisiones ejecutivas que salen de Palacio de Gobierno son solamente destinadas a ser cumplidas por ni siquiera el 30 % de la población.
“¿Cómo se puede gobernar un país que informalmente sigue otras leyes que son las propias? Entonces en un país donde hay 70 % de anarquía y 30 % que cumple más o menos las leyes es muy difícil de tratar. Yo creo que el primer problema es el saber y el comprender dónde está esa informalidad”, indicó.
Dijo que todo el Estado, en su conjunto, cada año bota 30,000 normas que significan más o menos 106 por días laborables. “Entonces, la primera cosa que hay que hacer es crear una formalidad tan buena como la que existe en otros países donde migramos y aceptar que la ley es el meollo del problema”.
Eso implica no cometer errores. “Por ejemplo afirmar: ‘voy a bajar el 1 % del IGV pero a sectores que no pagan impuestos’. ¿De qué sirve abrir ventanas a un edificio al cual nadie quiere entrar? Y dos, decir que ‘aquí el problema es laboral y dentro de lo laboral hay inclusive informalidad’. Interesante análisis pero no le sirve de nada para saber dónde está el problema”.
En ese sentido, dijo que es necesario saber qué es la informalidad, es decir, de qué partes está compuesta, cuáles son las reformas que se deben emprender. “La informalidad es un todo. Analizar por qué muchos peruanos que no cumplen con la ley acá sí lo hacen cuando van al extranjero. Entonces, se puede encontrar todos los nudos para desatarlos y que la gente pueda cumplir con la ley”.
Hernando de Soto dijo que es imprescindible comprender cómo está compuesta la neosubversión. Es decir, identificar al enemigo para tener un mapa de acción claro para hacerle frente en las actuales circunstancias.



El Comercio
Un final indeseable
Fernando Rospigliosi
La huelga magisterial está concluyendo de la peor manera posible, con disturbios en las calles, posiblemente despidos de profesores en los próximos días, muchos maestros enfurecidos por la manera como han sido tratados, el Gobierno más debilitado aun mostrando descarnadamente su inoperancia y falta de rumbo, y la oposición desconcertada tratando de sacar provecho del desbarajuste pero a su vez entrampada en sus propias contradicciones.
El Gobierno no fue capaz de percibir las implicancias de la huelga que empezó como un movimiento localizado en el Cusco. No percibió el potencial que tenía una situación de una década de postergación, como la describió el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK). Ni las consecuencias que tendría el inicio en este año de lo que los maestros llaman las evaluaciones “punitivas”, es decir, las que pueden tener como resultado el despido.
Como ha anotado Aldo Mariátegui, lo que ha existido en las últimas décadas es una suerte de pacto implícito entre el Estado y el magisterio, les pagan sueldos miserables pero a cambio les dan estabilidad. Ahora se empezaba a romper ese acuerdo. Es verdad que el Gobierno ha hecho un esfuerzo en aumentar las remuneraciones, pero no se ha preocupado de explicar y justificar ese cambio de reglas del juego. Simplemente ha tratado de imponerlas con los resultados que están a la vista.
Los tecnócratas decidieron que eso es lo mejor, sin ponerse ni por un minuto en los zapatos de los maestros que eran los afectados. Si lo hubieran hecho, se habrían dado cuenta de que se requería una labor de persuasión, de convencimiento.
Hacen todo en nombre de la reforma y olvidan que no pueden hacerla contra los maestros sino con los maestros.
Incluso PPK entendió que se necesitaba algo de flexibilidad. Lo dijo en la entrevista con Milagros Leiva el martes 15 y lo repitió en la reunión con los gobiernos regionales una semana después. Pero no ha tenido la convicción y el liderazgo suficiente para conducir su propio gobierno.
Otro gravísimo error ha sido dejarse arrastrar por las versiones policiales sustentadas por el Ministerio del Interior en el sentido de que los dirigentes magisteriales son terroristas y no se puede siquiera sentarse a una mesa con ellos.
No hay ninguna evidencia de que alguno de los dirigentes vetados sea un terrorista, es decir, que haya cometido actos terroristas o esté preparándolos. Que algunos tengan o hayan tenido relación con el Movadef o el Conare, o que tengan ideas radicales, es una cosa, pero otra muy diferente es que sean delincuentes.
Como bien ha dicho el general (r) Ketín Vidal, jefe del equipo que capturó a Abimael Guzmán y la cúpula senderista, “no sabemos qué derivaciones puede tener más tarde [el Movadef]. Para eso hay que hacer un trabajo exhaustivo en el campo de la inteligencia, nada se saca con discursos. A veces, por hacer una confrontación verbal y directa con ellos, se le puede sobredimensionar y eso termina beneficiando a esa organización”. Y añade que “el ministro del Interior debe demostrar si estos maestros están implicados en algún hecho subversivo”. (El Comercio, 20/8/17). Hecho subversivo, no ideas o discursos.
El presidente de la Confiep, Roque Benavides, ha puntualizado que en el magisterio “existen otros grupos, pero rechazo decirles terroristas. Hay un error del gobierno ahí, la mayoría de maestros no tiene que ver con el terrorismo. Debemos ser cautos con esto”. (“Perú.21”, 20/8/17).
Y la ministra de Educación, Marilú Martens, en una entrevista con Beto Ortiz: “Lo dicho por Basombrío llegó a exacerbar a los profesores. Ustedes, los medios, los políticos contribuyeron. He pedido disculpas”. (Tuit de Ortiz, 24/8/17).
Quizás todavía se esté a tiempo de cambiar, de sentarse a conversar con los dirigentes de la huelga. Por lo menos se les quitaría un motivo o pretexto para seguir con la paralización.
La dirigencia radical también está entrampada, no sabe cómo terminar la huelga. Al igual que el Gobierno, que vive en un microclima irreal donde cree que lo está haciendo todo bien y que pronto la gente se dará cuenta, los líderes magisteriales son prisioneros de sus discursos maximalistas y están encerrados en un pequeño círculo donde toda posibilidad de ceder y transar es vista como una traición.
Se requiere habilidad y operadores políticos para no empeorar las cosas. La huelga finalmente puede ser aplastada, pero a un costo tan alto que será una victoria pírrica.






LIBERTAD ECONOMICA, GLOBALIZACION, REFORMAS, INVERSION



El Comercio
El Presupuesto 2018 superará al de este año (S/142.471 millones) en más de 9%, debido a los gastos en que incurrirá el Ejecutivo, informó el premier y titular del Ministerio de Economía, Fernando Zavala.
“Sin reconstrucción estaríamos hablando de 5% y con reconstrucción 9% y tanto, casi 10%. Eso da la señal de que haremos política contracíclica”, aseguró.
Añadió que en los próximos 18 meses se acelerará el gasto público, “para que sea realmente una política contracíclica”.
Hace diez días, Zavala anunció que el presupuesto fiscal 2018 se elevaría en 7% frente al de este año.
Anunció que se enviará la Ley de Presupuesto al Congreso la próxima semana.



El Comercio
Déjame entrar a tu negocio
Alberto Goachet
En mi columna de hace un mes abordé la importancia que tiene para los clientes “dejar entrar” a sus agencias de publicidad a las entrañas de su negocio, de su marca.
De esta forma, “las agencias vamos a ser mucho más efectivas y trascendentes”, cumpliendo así el objetivo de ir más allá de una agencia que hace buenas campañas, para realmente ser un socio estratégico que impacta en su Ebitda.
Contaba cómo en mi experiencia con aquellos clientes que nos involucraban en conocer cada cierto tiempo cómo va su negocio, sus resultados en ventas, estrategias comerciales, etc., podíamos aportar valor más allá de solo traducir “pedidos” en buenas piezas de comunicación.
Esta semana, ese paradigma de involucramiento en el negocio de mis clientes cambió: ¡Uno de ellos me invitó a su directorio! Fue la diferencia entre ir a un concierto de los Rolling Stones y estar con ellos en su camerino.
En esta ocasión, la agenda del directorio arrancaba con la presentación de la nueva estrategia de marca y los detalles de lo que sería la primera campaña, y para mi cliente era importante que lo acompañara a sustentar y presentar los detalles.
Estaba tranquilo porque llevábamos algo muy sólido, pero a diferencia de todas las veces que he tenido que presentar una campaña, esta vez tenía como audiencia al CEO del grupo, a su mano derecha, a dos asesores de márketing –pesos pesados–, a dos CFO y al asesor legal. ¿Presión, nooooo? Por supuesto. ¿Por dónde vendrán las preguntas? ¿Tendré todas las respuestas?
Les cuento que nos fue muy bien. Hicieron algunas preguntas muy acertadas y válidas, pero tuvimos las respuestas precisas, lo que les dio la tranquilidad para darnos luz verde, felicitación incluida.
Pero lo que marcó esta experiencia fue que, una vez que acabamos, me pidieron quedarme para el resto del directorio, en donde seguían los temas íntimos del negocio, como el estatus de utilidades vs. lo planeado, el reporte de iniciativas de innovación, los detalles de expansión de locales, varios temas críticos por resolver, etcétera. Obviamente, durante esa hora de discusión, luego de mi presentación, no dije una palabra. Observaba y escuchaba atento al cruzar a esa dimensión íntima de mi marca.
Sé que puede sonar exagerado y hasta sobón, pero les aseguro que mi relación con esta marca, mi conexión, mi identificación y mi compromiso tienen un antes y un después de este directorio. Era como si mi cliente hubiera leído mi artículo de hace un mes y me dijera: “¿Quieres entrar a mi negocio?”. Y acto seguido me daba un empujón a las entrañas de su marca.
Inclusive, creo que no solo yo conocí al directorio, sino que ellos conocieron de cerca a uno de los integrantes de la agencia que tiene la responsabilidad de contribuir a su negocio. Me atrevería a apostar que la mayoría de miembros de directorios no solo no conocen a alguien de su agencia, sino que ni siquiera saben cuál es. Total, lo que importa son los resultados.
Como dicen en inglés, luego de esta experiencia estoy ‘spoiled’, me malcriaron.  Mi reclamo ahora escaló a otro nivel: ya no solo quiero que me dejen entrar a su negocio, quiero que me inviten a sus directorios. Las agencias podemos ser un mejor aliado de lo que pensé. Y de lo que ellos pensaron.




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