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ü Simulacro de encuestadora CIT entre 27 y 29 abril:
PPK 43.5%; Keiko 42.7%; 7.9% en blanco; 5.9% viciado
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MEDIA COLUMNA
Una democracia que
resuelva los problemas
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com
La izquierda radical no ha conseguido ni 20% del voto. Ya no tiene la
masa crítica para voltear una elección. Pero aún puede paralizar la inversión.
A ese efecto, nada le convendría más que un gobierno débil, paralizado
por un bloqueo entre el ejecutivo y el legislativo. Un escenario como ese le proporcionaría
la posibilidad de exacerbar conflictos. Estamos notificados por los propios líderes
del radicalismo -escondidos aún tras el mascarón de proa de su candidata- de
que ese es su objetivo en los próximos cinco años.
Desde luego, los partidos vencedores del pasado 10 de abril no van a
caer en la trampa del gobierno dividido. En el Perú conocemos los peligros que
eso conlleva y la sola mención por un congresista electo de que un eventual gobierno
suyo podría cerrar el Congreso sonó como una alarma que le ha merecido la
crítica pública. Aún así, un escenario de baja gobernabilidad puede ser una nave
sin quilla, donde se está siempre en guardia contra la desestabilización. No es
imposible de sobrellevar, desde luego, pero es de alto mantenimiento. Requiere de
un permanente despliegue de energía puesto constantemente a prueba y llevado al
límite.
Afortunadamente, el Perú saldrá airoso de cualquier prueba gracias a
que esa ha sido la decisión que el voto popular sancionó en la primera vuelta. Tal
como aparece de las encuestas, sin embargo –especialmente las del Latinobarómetro
en toda la región-, una democracia de baja gobernabilidad no basta. Lo que el pueblo
demanda es una democracia que resuelva los problemas.
El próximo 5 de junio lo que el pueblo peruano puede hacer con su voto
es sortear nuevamente la amenaza radical eludiendo ese escenario político de
baja gobernabilidad, y elegir gobierno al partido al que de antemano ha dado el
instrumento de la mayoría parlamentaria.
No existe el peligro de la concentración de poder. Fuera del
compromiso de respeto escrupuloso de los límites en el ejercicio democrático, existe
el contrapeso de las garantías constitucionales. Muy por el contrario, el
riesgo, si existe, es el de la atomización del poder y la ausencia de decisión
política mientras el pueblo clama por una democracia que resuelva los problemas.
REPORTE DE NOTICIAS en Internet
Las
siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas,
editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como
tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican sólo
como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.
ELECCIONES, PARTIDOS, ENCUESTAS, MEDIOS,
PSICOSOCIALES
Expreso
A un
mes de la segunda vuelta electoral, se mantiene el empate técnico entre los
candidatos presidenciales Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori, de acuerdo al
más reciente simulacro de CIT Opinión y Mercado.
El
estudio, efectuado entre el 27 y el 29 de abril, revela que PPK alcanza el 43.5
% de las preferencias y la lideresa de
Fuerza Popular obtiene 42.7 %. Según el simulacro, 7.9 % votaría en blanco y
5.9 % viciaría su voto.
En
cuanto a los votos válidos, 50.4 % iría a PPK y 49.6 % a Keiko Fujimori.
La
candidata de Fuerza Popular alcanzó el 39.85 %, de los votos en la primera vuelta,
y Kuczynski solo obtuvo 20.99 %. PPK habría aumentado casi 30 puntos luego de la primera vuelta. .
Por
regiones, PPK gana en Lima con 46.8 %, en el centro con 45.2 % y en el sur con
50.1 %. Keiko se impone en el norte con 52.4 % y en el oriente con 42.8 %.
Nombre
de la Encuestadora: Centro de Investigación Territorial EIRL.
Número
de registro asignado por el JNE: 00258-REE-JNE
Financiamiento:
Diario Expreso y CIT
Tamaño
de la población: 21’118, 021 habitantes.
Tamaño
de la muestra: 1,666 casos efectivos.
Margen
de error: +/- 2.4 %.
El Comercio
El
economista Elmer
Cuba, flamante integrante del equipo técnico de Keiko Fujimori,
precisó que no participó en la campaña de Julio Guzmán, ex candidato de Todos
por el Perú, en la primera vuelta.
“No me
he saltado a ningún lado. Como es público, no he participado en la campaña de
Todos por el Perú en el verano. No veía a Julio [Guzmán] desde antes de
Navidad”, indicó a RPP.
Elmer Cuba también aclaró que no estuvo en sus planes
ser ministro de Economía en caso de que Guzmán hubiera llegado a Palacio de
Gobierno. “Me puso en una posición difícil, él sabía que yo no iba a participar
en la campaña”, anotó.
“Yo no
me he acercado, ellos me han invitado”, respondió al ser consultado con su
adhesión a Fuerza Popular. “[Luego vino un] proceso de autoconvencimiento de
que es una causa que hay que apoyar”, afirmó.
De
otro lado, Elmer Cuba indicó
que el fujimorismo “es el partido que hoy más se parece a un partido, un partido
de masas”. “Me parece un esfuerzo sistemático [de Fuerza Popular], es un
esfuerzo al que vale la pena aportar”, acotó.
El Comercio
Para
Fernando Tuesta, Keiko Fujimori “ha
sabido localizar temas que van a grupos o bolsones, casi todos situados al
margen de su propio electorado”. También indicó que ese es el sentido del
compromiso de Fujimori con la comunidad evangélica, en el que se mostró en
contra de la unión civil y del aborto.
Por su
parte, Carlos Tapia afirmó que tanto Keiko Fujimori como Pedro Pablo Kuczynski han empezado a
plantear “las cosas que quiere escuchar un sector de la población para ganar su
adhesión electoral”.
El Comercio
Los
congresistas y voceros de Fuerza Popular Pedro Spadaro y Luis Galarreta
rechazaron las expresiones del pastor evangélico Alberto Santana –quien apoya a
la candidata Keiko Fujimori–
acerca de la homosexualidad. Santana, líder de la Iglesia
Cristiana Mundial El Aposento Alto, considera que la homosexualidad
es una aberración.
Galarreta
precisó que Keiko Fujimori no comparte las opiniones de
Santana. Galarreta indicó también que “ella no ha ido a suscribir el discurso
del pastor”, anotó.
En tanto, Spadaro añadió que Fuerza Popular no respalda
la posición de Santana sobre la homosexualidad. “Este tipo de frases son
desafortunadas, pero respetamos la libertad de pensamiento. No pensamos igual
que lo que ha dicho el pastor. No lo piensa la candidata y tampoco el partido”,
enfatizó.
“Keiko está absolutamente convencida de lo que ha
firmado. No tiene nada que ver con la posición del pastor o su discurso… el
compromiso de Keiko Fujimori es con la comunidad evangélica, a
la que pertenecen miles de peruanos”, concluyó.
El Comercio
El
congresista y dirigente de Alianza para el Progreso, Virgilio Acuña,
informó que su agrupación sumará sus personeros a la campaña de Pedro
Pablo Kuczynski (PPK), sobre todo en el norte. “Vamos a estar en todos
los jurados electorales especiales”, dijo en comunicación con El Comercio.
Mercedes
Aráoz dijo que el apoyo de APP “es institucional” y que Acuña deberá aclarar
las acusaciones en su contra. Juan Sheput negó que el respaldo de Acuña a PPK constituya una repartija del poder,
como sugirió Keiko Fujimori.
Para
el analista político Enrique Castillo, el ex alcalde de Trujillo no tiene en
este momento más votos que pueda orientar hacia el candidato de Peruanos por el
Kambio. “Creo que los votos de Alianza para el Progreso ya están asimilados en
las encuestas en el caudal que tiene Pedro Pablo”, refirió.
Castillo
opinó que esta asociación “revive para muchos electores la idea del sancochado
de la elección pasada”, en la que PPK formó una alianza no solo con Acuña,
sino también con Yehude Simon (Partido Humanista) y Lourdes Flores Nano (PPC).
A
consideración del politólogo Carlos Meléndez, se trata de “la mejor movida de PPK en esta segunda vuelta”, puesto que
necesita llegar a los sectores más populares, que es donde Alianza para el
Progreso tiene presencia. En ese sentido, sostuvo que “en las sumas y restas,
suma más”. Meléndez resaltó que el ex gobernador regional de La Libertad le
ofrece a Kuczynski “una maquinaria” de corte electoral en el norte, donde la
presencia del ex primer ministro es débil.
Peru21
¿Otro sancochado?
Juan José Garrido
“Hay sumas que restan”, dice un adagio popular
(y más popular aún durante las campañas electorales). La unión del APRA y
el PPC, por ejemplo: antes de la misma, Alan García aparecía con 9% de
intención de voto; poco después de anunciado el noviazgo con los
socialcristianos, la misma bajó a 7%, de ahí a 6%, 5% y hasta un 4%, para
terminar en el 6% del 10 de abril. Dos de los partidos más tradicionales (y
conservadores) casi no pasaron la valla electoral juntos.
Igual fue con PPK en el 2011.
Mientras eran “el sancochado” (la suma de PPK, el PPC con
Lourdes Flores a la cabeza, Acuña, Simon y Lay), no pasaron del 5% de intención
de voto; dejados los lastres en la bahía, el velero PPK zarpó y llegó
al 18%, quedando en tercer lugar.
Uno puede creer (o querer creer) que las
alianzas son positivas; la Alianza Popular (la suma del APRA y PPC,
para quienes no la recuerdan), por ejemplo, me suscitó una gran expectativa:
los dos gobiernos apristas, el segundo más bueno que malo, y la experiencia
legislativa del PPC, pues, parecían una fórmula interesante (no ganadora,
pero para quedar terceros o cuartos). Y cuando otros la criticaron, pensé que el
electorado vería más allá de las diatribas e insidias. Pero me equivoqué: no
tuvo ningún beneficio, y será difícil aclarar quién restó a quién (si bien
García quedó quinto, ningún pepecista llegó al Congreso).
La alianza de PPK con César Acuña
sí suena, para decirlo decorosamente, desastrosa. No sé en qué momento, o a
quién, se le pudo ocurrir semejante disparate. Más aún, con la presentación y
los personajes cuestionados. ¿Quién sigue? ¿Lay? ¿Simon? ¿Lulú? ¿De vuelta al
“sancochado”?
El jale del economista Elmer Cuba por Fuerza
Popular es, por el contrario, positivo: no solo es un reconocido analista y
técnico, que ha servido como consejero a distintas administraciones, sino que
cuenta con un equipo tecnocrático importante al costado (la consultora Macroconsult).
En fin, pronto veremos, en todo caso, cómo acaban estas apuestas.
En fin, pronto veremos, en todo caso, cómo acaban estas apuestas.
El Comercio
Cara o cruz
Patricia del Río
Para un candidato que ya es conocido,
intentar definir un nuevo perfil para ganar votos es una tarea riesgosa. Le
pasó a Ollanta Humala que de tanto firmar hojas de ruta terminó convirtiéndose
en un presidente sin convicciones, incapaz de encontrar un liderazgo desde el
que se sintiera cómodo para gobernar. Le podría pasar a la candidata Keiko
Fujimori, que inició esta campaña planteando un fujimorismo más ‘aggiornado’,
más moderno, escogiendo una cara que le permitió entrar en segunda vuelta de
manera holgada, pero que hoy podría ser su mayor cruz.
Si analizamos fríamente la campaña, debemos
reconocer que en primera vuelta Keiko fue una candidata ejemplar: no se peleó
con nadie, mantuvo un tono muy conciliador, adoptó unas formas bastante
pausadas para sus intervenciones públicas y se cuidó de ser políticamente
correcta en temas espinosos como el respeto a los derechos humanos. En esta
segunda vuelta, bastante más complicada porque hay que replantear la estrategia
para captar votos ajenos, a Keiko se le ha enseriado el rostro y está dispuesta
a asumir riesgosas posturas si estas le aseguran votos. Desde las más
populistas, como regresar al 24×24 o firmar acuerdos con mineros informales,
hasta las más conservadoras como rechazar de plano la unión civil o el aborto
terapéutico, está claro que la candidata naranja ya abandonó lo que algunos
llamaron su ‘kaviarización’ y ha empezado a acercarse a las prácticas que
caracterizaron el antiguo fujimorismo: léase una mezcla de populismo con
pragmatismo ejecutado con eficiencia desde una autoridad incuestionable.
¿Se trata simplemente de una movida
estratégica para captar votos? ¿Gobernará Keiko en caso de ser elegida bajo los
principios expuestos en Harvard o bajo los planteados en sus mítines en San
Juan de Lurigancho? Difícil saberlo, y no estamos para adivinanzas. Lo único
que podemos deducir por el momento es que Keiko ya no tiene ningunas ganas de
caerles bien a los antifujis. Ya tiró la toalla (posiblemente con razón) y lo
suyo es afianzar los votos de los conservadores y cosechar el de los más
pragmáticos, el de esos que están dispuestos a jugárselas por quien les da más.
¿Y PPK, qué? Lo suyo es insólito e inédito en
la historia de las campañas electorales. Él sigue como si nada, con su misma
cara, su misma sonrisa y su mismo baile que en la primera vuelta. Pareciera
estar seguro de que es el llamado a librar al Perú de todos su males, con el
solo sonido de su flauta, cual músico de Hamelín.
¿Cuál estrategia dará resultado para crecer
voto a voto? Solo el tiempo y los peruanos lo dirán.
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