martes, 28 de junio de 2016

ESTA NOCHE martes 28 junio 2016



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MEDIA COLUMNA
Carreta delante del caballo


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
jorgemorelli.blogspot.com


Al parecer, el único camino políticamente realista y factible para llevar a cabo una reforma laboral en el Perú es avanzar primero en la formalización masiva del empleo.

La gobernabilidad tiene límites. Solo una vez conseguido un avance significativo en la formalización del empleo -uno que necesita, además, la aprobación de la vasta mayoría de los beneficiarios-, podría el gobierno recuperar la clase de confianza -la autoridad moral, en buena cuenta- indispensable para abordar la más difícil de las reformas políticas pendientes: la de la legislación laboral formal.

Es que la carreta se halla delante del caballo en toda esta materia. Como se ha escrito muchas veces, en el Perú hubo legislación laboral antes de que hubiera obreros.     

Esa peculiar inversión de la causa y el efecto en nuestra historia económica es la consecuencia de la tardía inserción del Perú en la globalización del siglo XIX. Y la temprana aparición de la informalidad económica es, a su vez, la otra cara de la misma moneda.

Tan temprano como en el censo de 1940 aparecen ya los primeros indicios de que una vasta porción de la economía urbana funcionaba al margen de las normas. Para los censos de 1960 y 1972, el sector informal había adquirido una dimensión que sobrepasaba ya el cincuenta por ciento de la PEA.  En 1980, ya era casi dos tercios de la misma. (Si alguien se interesa por los detalles, puede revisar el artículo publicado ese mismo año por Jaime de Althaus y este columnista en la revista de Antropología de la facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica).

Treinticinco años más tarde, el porcentaje del empleo informal ha seguido creciendo. El problema se halla ya profundamente enraizado en la trama de la organización social, y se expresa en la economía.

El diario El Comercio, sin embargo, exige resultados inmediatos. En editorial titulado Sigue Nevando (28/6/16) acusa al futuro gobierno de PPK de padecer temores reflejos que lo llevan a adular a los sindicatos. Desde luego, esto es cierto, desde que el gobierno se estrellaría contra las organizaciones ante las cuales se comprometió en la campaña firmando acuerdos y promesas.

Más allá de esa demostración de oportunismo electoral, sin embargo, el hecho es que el gobierno no podrá acometer ninguna reforma laboral antes de avanzar en la formalización del empleo sin traspasar peligrosamente los límites de la gobernabilidad.

Este es un asunto crucial para el Perú. Pero para acometerlo no basta la legitimidad de origen y hace falta mostrar legitimidad de eficacia. Porque el hecho primordial es que los trabajadores peruanos perdieron hace muchos años la confianza en el Estado y mientras unos aun esperan en vano todo de él, la inmensa mayoría ya no espera nada.

Formalizar el empleo primero, entonces, es hoy el único camino posible hacia la igualdad de oportunidades laborales.

  

REPORTE DE NOTICIAS en Internet
 Las siguientes notas periodísticas de política y economía han sido seleccionadas, editadas y ordenadas
temáticamente. No se las debe citar como tomadas directamente de sus fuentes originales, las mismas que se indican sólo como una forma de reconocer el crédito y agradecer la cortesía.


IGUALDAD DE OPORTUNIDADES, CONOCIMIENTO, AYUDA SOCIAL



El Comercio, editorial
Sigue nevando
Bastó que la semana pasada la ex candidata presidencial y lideresa del Frente Amplio, Verónika Mendoza, declarase: “Yo no me olvido del señor Kuczynski aplaudiendo, celebrando, la famosa ‘ley pulpín’, que recortaba derechos laborales”, para que el presidente electo hiciera nuevamente evidentes los temores que la sola idea de una reforma laboral parece suscitarle.
El futuro mandatario, en efecto, se apresuró a negar que él hubiese celebrado esa ley. “Yo lo que dije es que me parecía raro que se haga un régimen laboral que se acabe a los 24 años”, señaló. Y luego, en referencia a lo que manifestó sobre ese régimen en una entrevista radial concedida por la misma época, añadió: “Se malinterpretó lo que dije porque estaba en una tormenta de nieve en Nueva York”.
La verdad, sin embargo, es que su reacción inicial a la iniciativa fue indiscutiblemente positiva. En un tuit del 12 de diciembre del 2014, PPK escribió: “Es buena la medida del nuevo régimen laboral, aunque debería ampliarse de 18 a 30 años”. Una frase en la que queda claro que la observación sobre el límite de edad para los que podían acogerse a la norma era solo una atingencia respecto de una medida que en general saludaba. Y en una entrevista radial concedida por esos mismos días ratificó esa opinión.
Como muchos, sin embargo, pronto Kuczynski pareció asustarse por la protesta que la ley en cuestión provocó en las calles y por el efecto que ello podría tener en la intención de voto por él; y retrocedió. Sintomáticamente, el tuit citado líneas arriba fue borrado de su cuenta. Y con respecto a lo que había expresado en la radio, elaboró la pintoresca excusa a la que ahora ha vuelto: que una tormenta de nieve le impidió escuchar bien lo que le preguntaban.
Más allá de lo deleznable del pretexto, no obstante, el problema radica en la nula intención del próximo gobernante por enfrentar una situación que determina que siete de cada diez personas con algún tipo de trabajo en el país se vean hoy en la necesidad de desarrollarlo en la informalidad. Como hemos recordado innumerables veces en esta sección, el Perú tiene uno de los 20 regímenes laborales más rígidos del planeta y flexibilizarlo –es decir, hacer menos onerosa la contratación formal de un trabajador–, lejos de constituir un “recorte de los derechos” relativos a esta materia, supone más bien permitírselos al 68,7% de los compatriotas que cumplen cotidianamente una jornada tan agotadora como la del 31,3% restante… pero sin CTS, sin vacaciones, sin reparto de utilidades, sin seguro de salud y demás ventajas derivadas de la pertenencia a la ‘planilla’ de una empresa.
Lo que ocurre es que esta inmensa mayoría no está organizada para defender sus intereses y está integrada por personas que, en muchos casos, ni siquiera son conscientes de la causa de la injusticia que las afecta. Y en consecuencia, la reacción de los pocos privilegiados por el actual estado de cosas ante la amenaza de un cambio resulta mucho más visible e intimidante para quien quiere cosechar el voto popular a cualquier costo.
Sucede, sin embargo, que el mandatario electo ya no está en ese trance, pues por una cuestión de edad y como él mismo lo ha manifestado, es evidente que no volverá a tentar la presidencia. ¿No es esa acaso la circunstancia ideal en la que se esperaría de un líder que impulse iniciativas que, aunque impopulares, son imprescindibles para retomar el crecimiento económico y para procurarle un mayor bienestar a una enorme cantidad de trabajadores en el país?
El señor Kuczynski,  empero, no solo ha ratificado en estos días el temor que lo hizo retroceder en el 2014 en el razonable respaldo que le brindó en un principio a la ‘ley pulpín’, sino que a la consulta específica de si respetará durante su gobierno la ‘estabilidad laboral’, respondió: “Exacto”.
Así las cosas, es evidente que, lamentablemente, sigue nevando.






GOBERNABILIDAD, DEMAGOGIA, AUTORITARISMO, DEMOCRACIA



El Comercio
Pedro Pablo Kuczynski (PPK) recibió esta mañana en el Teatro Municipal de Lima las credenciales que lo ratifican como presidente del Perú para el período 2016–2021.
En su discurso, destacó que el Perú necesita “mantener la unión” después de un proceso electoral muy reñido en el que quedaron en evidencia las “muchas diferencias que hay entre nosotros”.
“Unión significa que todos deben poner su hombro, su cuota aparte. Y a veces, tragarnos nuestras objeciones y trabajar juntos”, destacó.
Reconoció que los resultados de la elección indican que “el voto estuvo partido por la mitad”. “Yo pido unión entre los que votaron por mí y los que no, yo voy a trabajar para todos”.
Además, aseveró que si bien el Perú se encuentra en una mejor situación, aún falta una “revolución social” que permita “igualar las provincias con la capital, los que viven en los Andes y la Amazonía con los que viven en la Costa”.



El Comercio
El ex ministro de Economía y Finanzas Fernando Zavala visitó esta mañana a Pedro Pablo Kuczynski. No declaró a la prensa.
Sobre la reunión, el congresista electo de Peruanos por el Kambio Gilbert Violeta dijo que “son rumores” que Zavala vaya a encabezar la PCM. 
A juicio de Violeta, el primer ministro debe tener “perfil técnico y político para conducirse en las relaciones con el Parlamento”.



Expreso
Se va formando. Se dieron a conocer algunos nombres que formarán parte del primer gabinete ministerial. La segunda vicepresidenta electa, Mercedes Aráoz, se encargó de soltar algunos de los nombres que se perfilan para hacerse cargo de una cartera, sumándose así al del ya confirmado Alfredo Thorne al frente del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
La exministra confirmó que Jaime Saavedra, actual ministro de Educación, seguirá siendo parte del Ejecutivo, aunque no se atrevió a asegurar en qué portafolio. “Sí, Saavedra va a estar en el próximo gabinete, yo creo que sí va a estar el señor Saavedra”, refirió.
El propio Pedro Pablo Kuczynski ha dicho públicamente en más de una oportunidad que le gustaría que Saavedra continúe en el cargo.
“Es un economista muy prestigioso, que tiene habilidades también políticas, y puede estar en cualquier lugar”, agregó Aráoz.
Otro de los nombres que deslizó Aráoz fue el del exministro de Economía Fernando Zavala, de quien se ha dicho que sería el próximo presidente del Consejo de Ministros. “Tiene muñeca política… lo recuerdo por su habilidad para concertar y resolver cosas”, dijo.
Aráoz agregó que no quiso ser titular de Relaciones Exteriores ni asumir ningún cargo ministerial, y reveló que “en algún momento” PPK le propuso estar al frente de Torre Tagle. Para esta cartera, Aráoz mencionó a Ricardo Luna, exembajador del Perú en Estados Unidos.
Sobre el primer vicepresidente electo, Martín Vizcarra, de quien se dijo en un principio que sería el próximo premier, Aráoz dijo que “Thorne es un hecho, y probablemente Martín (Vizcarra) también lo sea. En mi caso, no hay nada confirmado”, señaló. Negó que por ser una de las cabezas del equipo de transferencia vaya a participar en el gabinete ministerial.



El Comercio
La transferencia de gobierno todavía no comienza formalmente, pero en Peruanos por el Kambio no todos están contentos con la elección de los técnicos que dirigirán este proceso. Un sector del partido del virtual presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) cuestiona la poca presencia de dirigentes y militantes, así como la ausencia de personas con un perfil “más político” en esos grupos.
“El sector tecnocrático, que no es necesariamente partidario, está copando todo y no abre la cancha a la posibilidad de que haya técnicos que tengan militancia en el partido”, indicó una fuente.
El secretario general y congresista electo de Peruanos por el Kambio, Salvador Heresi, dijo que ha recibido llamadas de cuadros de su partido que esperan “con total legitimidad” ser convocados. “Esta predisposición de profesionales que tienen maestrías, doctorados y experiencia en el sector público, debe ser tomada en cuenta”, refirió.
Violeta, quien es el vicepresidente de Peruanos por el Kambio, aclaró que debe ser PPK, virtual mandatario y líder de su agrupación, quien defina el rol que tendrán Heresi y él, como dirigentes nacionales, en la transición del poder.



El Comercio
El electo presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), se mostró a favor de que Fuerza Popular, partido de la ex candidata Keiko Fujimori, presida la Mesa Directiva del Congreso.
“Hay mayoría en el Congreso [de Fuerza Popular], ellos decidirán a quién elegir [en la mesa]. Hay que respetar las normas: tienen 73 de los 130 congresistas. Si quieren presidir el Congreso de la República, me parece absolutamente correcto”, dijo PPK a la prensa.
El último fin de semana, el electo vicepresidente Martín Vizcarra dijo que un “buen gesto democrático y de gobernabilidad sería que el partido de gobierno presida el Congreso, al menos el primer año”.



El Comercio
¡Intérnenme en un manicomio!
Ricardo Vásquez Kunze
Esta columna está dirigida a los que todavía creen que el mundo debe estar al derecho y no al revés. En simple, que el sentido común debe prevalecer sobre lo absurdo.
Caso 1. Leo que el vicepresidente electo, Martín Vizcarra, y su aliada electoral Marisa Glave proponen la misma cosa. Dicen que sería un “gesto democrático” que quienes ganaron en las elecciones la mayoría en el Congreso declinen la presidencia de la Mesa directiva.
Ambos proponen que sea PPK el que ponga al presidente del parlamento (al menos el primer año), pero Glave afirma que “no se sentiría cómoda” participando en una Mesa Directiva “impuesta” por el fujimorismo.
Es decir, quienes obtuvieron la segunda minoría –o sea el partido de gobierno– con 18 curules; y la primera minoría, o sea su aliado electoral, con 20 curules, consideran que sería un “gesto democrático” que quienes obtuvieron la mayoría absoluta con 73 curules los dejen a ellos, con 38 curules sumados, presidir el Congreso.
¿Y para esto se presiona una reunión entre PPK y Fujimori? ¿Ya no entiendo nada y debo retirarme a una casa de reposo?
Sinceramente nunca había visto la inversión de todos los valores de la democracia de una manera tan burda.
A la vena: lo que piden Vizcarra y Glave es lo antidemocrático, además de petulante y totalitario. Lo democrático es que presida el Congreso quien tiene allí la mayoría, aquí y en cualquier parte del mundo.
¿O acaso Keiko Fujimori le ha pedido a PPK declinar su presidencia obtenida con 41 mil votos de diferencia como parte de un “gesto democrático” para que se realicen nuevas elecciones? ¿No sería esto antidemocrático y absurdo?
Caso 2. Se ha firmado la paz entre el Estado colombiano y las FARC, una organización terrorista. Para cualquiera que cree que la paz trae civilización y progreso a los pueblos es una muy buena noticia.
Sin embargo, la premisa con la que algunos justifican la paz y su proceso es falsa.
Creer, como Erasmo, que “la paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa” porque se dejarán de perder miles de vidas es el mismo argumento que Neville Chamberlain, Primer Ministro inglés, expuso ante la opinión pública británica y mundial para justificar la paz con Hitler en Munich. El desdichado la llamó “peace for our time”.
Chamberlain y la mayoría de sus contemporáneos consideraban que no se podía repetir la hecatombe de la Primera Guerra Mundial y, por lo tanto, siguió el derrotero de Erasmo.
Recibió la respuesta clarividente de Churchill: “A nuestra patria se le ofreció entre la humillación y la guerra. Ya aceptamos la humillación y ahora tendremos la guerra”. Una guerra que fue mil veces peor que la primera.
Por lo tanto, no cualquier paz es mejor que la guerra más justa. ¿O estoy cucú?





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