sábado, 26 de abril de 2014

ESTA NOCHE sábado 26 abril 2014




MEDIA COLUMNA
Este gobierno ya no lo hará,
el próximo no podrá eludirlo

Se viene una cadena de acontecimientos que está acumulando una presión gigantesca y desembocará vertiginosamente.


Jorge Morelli
@jorgemorelli1
Jorgemorelli.blogspot.com


La izquierda radical desde las regiones –Cajamarca, Tumbes, Junín (Ancash es otro caso, pero con el mismo resultado)- y la izquierda caviar desde el Ministerio del Ambiente traban las inversiones.

La investigación del gobierno regional de Ancash dará paso a la del gobierno regional de Tumbes, a las que seguirá la de Cajamarca y, luego, la del gobierno regional de Junín. Hasta el momento, el instrumento para obligar los gobiernos regionales díscolos es cortarles las cuentas, pero la regionalización necesita ser reequilibrada. Es tarea para el próximo gobierno. Este ya no lo hará.    

La cadena de acontecimientos está acumulando una presión tectónica, y desembocará en una sucesión vertiginosa. Es una reacción nuclear en cadena. En lo inmediato, la investigación de Ancash puede comprometer al Primer Primo de la Nación, a la cabeza ahora del Ministerio Público. Eso puede arrastrar al Tribunal Constitucional, que debe pronunciarse sobre la posible nulidad de su elección. Lo que está encadenado, a su vez, con la elección por el Congreso de los magistrados faltantes del Tribunal. El resultado depende, a su vez, de la elección de la próxima Mesa Directiva del Parlamento. Y el oficialismo puede perder la mayoría parlamentaria.

La gobernabilidad se halla bajo asedio desde dos frentes. De un lado, la regionalización fallida. De otro, hay una guerra dentro del propio gabinete.

La oposición puede interpelar al ministro de Energía por conflicto de intereses en el caso Interoil. Tal vez debería interpelar en la misma fecha al ministro del Ambiente. Fuera de la responsabilidad que pueda caberle al de Energía -que será investigada-, se  ha sugerido que hay una conspiración en su contra (a la que se prestan algunas bancadas del Congreso). Desde el principio del gobierno humalista hay una guerra sorda entre Ambiente y Energía. Recrudeció cuando, recién llegado, el de Energía anunció desaprensivamente una drástica reducción los estudios de impacto ambiental. En Ambiente se ha perpetuado hasta hoy la caviarada que entró con el gabinete Lerner que traba las inversiones poco importa si por designio político o por un malentendido papel regulador. Ambos sectores ventilan a estas alturas sus diferencias sin pudor en todos los foros posibles.

Tal vez el modo de acabar con esto sea que la oposición  interpele no solo al titular de Energía por el caso Interoil, sino el mismo día al ministro del Ambiente para que ante la representación nacional resuelvan el conflicto. Luego de dos años y medio, Ambiente y Energía y Minas han tenido tiempo de sobra para decidir quién entre ellos es Napoleón y quién es Josefina.

Todos estos son síntomas de que los problemas no se resuelven, se esquivan. Si la maraña legal entrampa las inversiones, la salida legal ahora es contratar organismos internacionales para eludir la fiscalización. En audio, un funcionario de esos organismos consuela a un postor perdedor diciéndole que no se preocupe, que hay sitio para todos. Humala dijo que acabaría con esa corrupción. Dos años y medio después, dice que es la única manera de hacer obras. Si es difícil cambiar a la Policía para luchar contra la inseguridad, la salida es crear una red paralela de gobernadores (que luego se convierte en la organización del partido de gobierno).

Esto tiene que parar. Suprimir a los gobernadores, repensar la institucionalidad en seguridad, revisar los mecanismos de fiscalización de la inversión, reequilibrar la regionalización, es la agenda. La falta de respuesta a estos desafíos está a punto de dejar al gobierno sin mayoría parlamentaria.  

Este gobierno ha sido incapaz de hacerlo, el próximo no podrá esquivarlo.

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